Todo estuvo bien, la playa, la tranquilidad, la música de la piscina. El personal de la cocina fue muy atento y la comida deliciosa. Vale la pena la experiencia, especialmente para aquellos que buscan paz, contacto con la naturaleza y relajación sin el bullicio de la gente y los vendedores ambulantes. Es un paraíso donde puedes olvidarte de las preocupaciones.

Me sentí como en casa, no he tenido ningún inconveniente.

Me encantó estar en este hermoso hotel durante mi Navidad. Los aspectos que más me gustaron fueron el excelente desayuno y la paz que se respira en el lugar, entre el sonido del mar y el canto de los pájaros. Además, el personal fue muy amable y servicial, incluso llamaron antes para asegurarse de que llegáramos bien. También nos dieron un upgrade en la habitación sin costo adicional. Definitivamente volveremos.

En cuanto a los aspectos negativos, las habitaciones no eran muy cómodas en relación al precio del hotel. Además, no ofrecían opciones veganas o vegetarianas en el menú, lo cual considero que deberían tener.

La ubicación del hotel es perfecta, justo en el borde del mar. Desde la recepción se puede ver la playa, lo cual es muy conveniente. Las habitaciones son cómodas y limpias, con un baño espacioso. El personal es ameno y atento, siempre dispuesto a ayudar. Además, el desayuno es delicioso, con opciones frescas y variadas.

No hay actividades nocturnas en el hotel.