Qué vistas tan impresionantes desde la terraza de nuestra habitación! Nos encantó despertar y disfrutar del valle cada mañana. Además, el tamaño de las estancias era perfecto; éramos 19 y aún así nos sentíamos cómodos y con mucho espacio. La ubicación, aunque con cuestas, nos permitía llegar al centro de la ciudad en tan solo 3 minutos, donde se encuentran todos los monumentos y servicios del pueblo. Sin duda, una ubicación ideal para explorar.

Aunque la ubicación era hermosa, el acceso al hotel era complicado, especialmente para personas mayores, debido a la cuesta empinada y la calle mal pavimentada e oscura.

Las vistas al valle desde las terrazas son impresionantes. Las habitaciones son muy amplias, perfectas para grupos grandes. Se encuentra a solo 3 minutos del centro, lo que facilita visitar monumentos. La ubicación es ideal, aunque hay alguna cuesta. Un lugar encantador para disfrutar. 🌄.

La limpieza impecable, habitaciones amplias con bonitas vistas al valle y cercanía al centro del pueblo. El personal brinda asesoramiento sobre actividades y lugares para comer.

Nada de nada.

Este hotel me sorprendió gratamente. Las vistas al valle son impresionantes desde la terraza de la habitación, realmente un plus. Además, hay un ambiente tranquilo que te permite relajarte después de un día explorando la zona. La señora que gestiona el lugar es súper amable y siempre está listas para darte recomendaciones sobre dónde comer o qué hacer. hay un espacio ideal para disfrutar de las comidas al aire libre y un acogedor bar donde relajarte con una copa. Sin duda, volvería.

La ubicación podría ser un poco complicada para algunos, ya que está un poco alejado del centro de Guadalupe. Hay una inclinación pronunciada que puede resultar agotadora, especialmente al volver de noche.

Aquí descanso tan bien que ya estoy pensando en volver. Las habitaciones nuevas, el jardín y la piscina impecables. Los dueños, Verónica y Óscar, siempre atentos y amables. La vista a las montañas y el olor a monte mediterráneo es una experiencia única. Cerca de la plaza, y las tapas en el patio, ¡increíbles! Al parecer, el otoño es su momento, ¡pero yo confirmo que el verano aquí es lo máximo! Solo un pequeño lío en el desayuno automático. ¡Volveré!.

La casa es una delicia, las habitaciones están decoradas con todo tipo de detalles y no falta de nada. El atardecer en el porche es una pasada. Los dueños, Verónica y Oscar, son encantadores y nos trataron muy bien. Las vistas al valle desde la terraza de una de las habitaciones son impresionantes. El tamaño de las estancias es perfecto para grupos grandes. La ubicación es ideal, ya que en 3 minutos se llega al centro de Guadalupe y se tiene cerca todos los monumentos y servicios del pueblo. Estoy deseando volver para aprovechar el jacuzzi, la barbacoa y la piscina. Millones de gracias.

Me sentí muy contento, no tengo ninguna queja.

Casa El Descanso Del Peregrino es simplemente impresionante! Desde el aire acondicionado hasta la piscina impecable, todo está pensado para el descanso. Verónica y Óscar son unos anfitriones maravillosos. Aunque el desayuno puede ser algo caótico en horas puntas, la experiencia culinaria y la hermosa vista lo compensan con creces. ¡Volveré!

La limpieza impecable, habitaciones preciosas, vistas espectaculares y tranquilidad inigualable la convirtieron en el lugar perfecto para mi visita. La dueña brindó asesoramiento detallado sobre restaurantes locales y actividades cercanas, añadiendo un toque personal muy acogedor. Volvería sin dudarlo.

Recomiendo de verdad este hotel.

Increíbles vistas al valle desde la terraza! Amplias habitaciones para un grupo grande. Ubicación ideal en el centro.

Mi estancia en Casa El Descanso Del Peregrino fue sin fisuras. La casa es preciosa, cómoda, bien situada, amplia y limpia. Alquilamos varias habitaciones y a partir de la sexta nos dieron la casa entera, lo cual fue perfecto para nuestro grupo. Las habitaciones eran espaciosas y contaban con aire acondicionado, televisión y baño completo con hidromasaje. La limpieza era extraordinaria, sin encontrar ni una telaraña en ningún rincón. Las zonas comunes eran excelentes, aunque la televisión comunitaria era un poco pequeña. El único pero que puedo poner es que faltaban cojines en los sofás del salón. La casa disponía de lavavajillas, lavadora, secadora y un frigorífico-congelador de doble puerta, acompañado de un arcón grande bajo la barra. había una barbacoa limpia y una leñera repleta de madera. La vajilla y los utensilios eran abundantes y variados. La piscina, aunque no muy grande, era suficiente para nadar y para que varios adultos la disfrutásemos a la vez. Los niños podían hacer pie hasta la mitad. Las sábanas y las toallas estaban limpias y eran de buena calidad. El jardín era bonito y tenía una cabaña para niños con juguetes, columpios y toboganes. La ubicación de la casa era muy buena, a solo 6 minutos del monasterio, aunque había que subir una cuesta pronunciada para llegar. El aparcamiento no era un problema, ya que pudimos dejar nuestros coches grandes al lado de la casa. Los propietarios fueron muy atentos y dispuestos a ayudar en todo momento, incluso nos sorprendieron con un detalle para los niños. En definitiva, una estancia maravillosa en una casa rural excepcional.