¡Qué buena experiencia en Rukalhue! Estuvimos alojados durante una semana y quedamos muy satisfechos. La ubicación es inmejorable, cerca del centro y de la terminal. Las habitaciones son cómodas, con camas limpias y bien equipadas. El personal es atento y amable. Además, las instalaciones son amplias, con parrilla y espacios comunes para juegos. La relación calidad-precio es insuperable.

No dudaría en recomendar este hotel.

Esta es una excelente opción de alojamiento en este destino. La ubicación es perfecta, a pocos pasos del lago y de la terminal de autobuses. Además, el hotel ofrece un desayuno incluido que resulta muy conveniente. Sin duda, este hotel ofrece una buena relación calidad-precio.

Todo estaba bien.

Excelente ubicación céntrica. Camas cómodas y habitaciones privadas bien equipadas. Buen desayuno a precio accesible. Personal amable y servicial. Cochera disponible, ideal para ahorrar tiempo buscando estacionamiento.

Ubicación ideal cerca de la terminal y del lago Lacar. Buenas opciones de comida y compras cercanas. Sendero al mirador Bandurrias desde la entrada. Personal amable y servicial. Habitaciones amplias y cómodas. Buena calefacción en invierno. Diversidad de tipos de alojamiento.

Nada en absoluto que quejarse.

Mi estancia en este hostel fue maravillosa. El jardín es precioso y perfecto para relajarse en cualquier momento. Además, la ubicación es muy conveniente, ya que está muy cerca del centro y de la estación de autobuses. El desayuno era abundante y delicioso. me encantó que el hostel contara con parrillas de uso común y una entrada independiente para mayor comodidad.

Todo fue perfecto.

increíble estadía en San Martín de los Andes, Rukalhue superó mis expectativas. La ubicación es perfecta, las instalaciones cómodas y amplias, con áreas comunes para disfrutar. El personal es muy amable y atento. Las camas limpias y confortables. Sin duda volvería a este lugar por su relación calidad-precio.

ruido durante la noche

Estaba muy cerca de la playa, a solo unas cuadras de la terminal de autobuses y también cerca del muelle. La habitación en la que me quedé era muy cómoda, tenía una pequeña cocina y una mesita para tomar café. El desayuno se servía en un espacio común donde también podías cocinar lo que quisieras. Además, el personal era muy amable y el servicio de limpieza diario hizo que mi estancia fuera muy cómoda.

Hubo un detalle que no me gustó. El comedor y la cocina cerraban a medianoche, por lo que si te quedaba algo en la heladera no lo podías sacar hasta el día siguiente.