Cryston en Viena fue una grata sorpresa para nosotros. La habitación estaba reformada y muy bien en comparación con el antiguo hall. Además, su ubicación era perfecta, a solo dos paradas de metro del centro de la ciudad y en una zona segura. El metro estaba justo en frente, a 200 metros. nos permitieron dejar nuestras maletas en recepción después de hacer el check out, lo cual fue muy conveniente. Los aspectos más destacados incluyen la limpieza, las instalaciones del hotel y la cercanía a la estación de metro.

Imposible encontrar algo negativo.

Ubicación buenísima cerca de la estación de metro. Habitación enorme y cómoda, con bañera y mini-sauna.- Conexiones de tram y buses cercanas.- Personal amable y atento.

Nada, todo excelente.

El hotel se encuentra muy cerca de una estación de metro, lo cual facilita el desplazamiento por la ciudad. Además, está a pocos minutos a pie de varias paradas de tranvía, lo que permite explorar diferentes zonas de la ciudad de manera cómoda. Los baños en el hotel funcionan muy bien y están limpios.

No tener aire acondicionado puede ser incómodo especialmente durante los días de calor, ya que abrir las ventanas no ayuda a refrescar las habitaciones debido a la orientación del edificio.

Este hotel está ubicado en una zona turística, junto a una estación de metro, lo cual facilita mucho la movilidad a los principales puntos de interés de la ciudad. Además, las habitaciones cuentan con una bonita decoración y un baño excelente, lo cual hace que te sientas cómodo y relajado durante tu estancia. Por si fuera poco, el desayuno incluido es decente y te permite comenzar el día de la mejor manera posible.

Todo estuvo bien.

El personal fue amable y atento. La habitación era espaciosa, con una gran televisión y aire acondicionado. El baño estaba limpio y tenía una ducha grande. La ubicación era conveniente, cerca del transporte público. El desayuno era completo y el personal del restaurante era servicial.

El hotel ofrece una excelente relación calidad-precio, especialmente considerando los precios en Viena. Las habitaciones son cómodas, con camas grandes y baños espaciosos. Además, la ubicación del hotel es ideal, situado junto a una estación de metro y en una zona turística. También me impresionó el desayuno, que estaba a medio camino entre el castillo de Schönbrunn y el centro de la ciudad.

Todo estuvo bien.

¡La ubicación es excelente! Frente al metro y el tranvía. Nos encantó la amabilidad y la disponibilidad del personal joven en el mostrador. Siempre dispuestos a ayudar y orientar. Además, hablan español, lo cual fue muy conveniente. La habitación era amplia y cómoda, con una cama muy confortable. También tuvimos una buena conexión wifi. El baño era cómodo y el lavabo estaba limpio, con una ducha espaciosa y amenities como gel de baño y jabón de manos. Las toallas eran muy absorbentes, lo cual se agradece, especialmente en invierno. En definitiva, una agradable estancia en el Hotel Cryston.

No tengo ninguna queja 😊.