Tuve una estancia maravillosa en el Hotel Estalagem. La relación calidad-precio es excelente y el personal es muy atento. Las habitaciones son cómodas, aunque para estancias más largas pueden resultar un poco incómodas, especialmente las de la planta baja al frente. El hotel está ubicado en una zona tranquila, a unos 700 metros de la zona más concurrida. Regresábamos caminando al hotel sin problemas. La casa restaurada tiene un encanto especial y cuenta con buenas comodidades, como una bonita piscina y un patio con un pequeño quincho. El desayuno es muy bueno y en las tardes ofrecen juegos de mesa, café y licor para degustar. Recomiendo alquilar bicicletas en el hotel para explorar la ciudad de una manera diferente. En resumen, un hotel sencillo pero acogedor.

No hubo nada que no me gustase en mi estancia en el hotel. 😊