Mi estancia en Monte Verde Hostal fue maravillosa. Fui de vacaciones de descanso y me quedé durante una semana. La ubicación del hotel es perfecta, cerca del Parque Tayrona. Los propietarios fueron muy amables y siempre dispuestos a ayudar, brindándonos recomendaciones sobre lugares para visitar y actividades para disfrutar de la naturaleza. La habitación en la que me quedé, Roble, era fantástica, con una sensación íntima como tener una cabaña propia. La piscina era perfecta para relajarse y tomar el sol. Aunque la conexión a internet era limitada, si estás buscando relajación, no te hará falta.

Puedo recomendar este hotel a todos.

El hostal está ubicado debajo de una colina, lo cual le brinda un entorno natural y cercano al Parque Tayrona. Las habitaciones son amplias y cómodas, con camas grandes y ventiladores. Además, el personal es amable y servicial, brindando un buen servicio. El desayuno es delicioso y se puede disfrutar de una hermosa vista desde la piscina.

La falta de agua caliente en el baño es un gran inconveniente.

La cena deliciosa. Habitaciones con balcones bonitos.Decoración acorde a la naturaleza.Personal excelente y amable.Piscina para descansar.Sensación íntima en la habitación Roble.Muy amables y atentos.Mini piscina privada agradable.

Todo es genial.

El lugar es un paraíso, hermosas y cómodas cabañas, piscina, lugar para estar, muy cerca de la entrada del parque Tayrona. La encargada nos llevó en su auto hasta la entrada del parque el día en que íbamos a realizar la caminata. Gloria, la dueña, es una mujer honrada que en todo momento te facilita información, transporte y todo lo que necesites. Una máquina que igual dirige el hostal que cocina o te lleva donde necesites. El hostal es precioso y el emplazamiento inigualable. La comida que sirven tampoco está nada mal.

Me sentí bien acogido, no tengo ninguna queja.

Familia atenta y cordial, lugar bonito y limpio, piscina adecuada, conexión internet limitada, ideal para descansar.

Lo mejor de mi estancia fue la cabaña preciosa y cómoda, con una cama grande y una mosquitera para mayor comodidad. Además, el balcón con hamaca proporcionaba un lugar perfecto para relajarse y disfrutar de las vistas a la piscina. El personal del hotel fue amable y acogedor, y la comida en la terraza con vistas a la montaña fue deliciosa. La ubicación del hotel cerca de la entrada del parque Tayrona fue muy conveniente, y el dueño incluso nos llevó hasta la puerta del parque de forma gratuita.

No se me ocurre nada.

Este hotel en la selva fue una elección maravillosa para mi estadía. La relación calidad-precio es excelente y realmente sentí que recibí mucho por mi dinero. Me encantó la atención al detalle en las habitaciones, especialmente la cama cubierta con un mosquitero y el pequeño sofá con un ventilador encima. Además, el desayuno ofrecía varias opciones deliciosas, lo cual fue genial.

Todo estuvo genial.