Nos encantó la amabilidad y hospitalidad de los dueños, quienes preparan un desayuno delicioso con productos locales. La ubicación es ideal, cerca de Hendaya y San Juan de Luz, perfecta para explorar en bicicleta. La limpieza y comodidad de las habitaciones, así como la vista al mar y las sierras, fueron impresionantes. El personal nos brindó excelentes recomendaciones para disfrutar de la zona.

Nada.

Desayuno excelente, productos locales de calidad, anfitriones acogedores, ambiente familiar e internacional, ubicación ideal para conectar con la naturaleza, cuartos cálidos y cómodos.

El lugar es perfecto para aquellos que buscan conectar con la naturaleza y descansar del estrés diario. Rodeado de praderas con ovejas y árboles excepcionales, te transporta a un ambiente tranquilo y calmado. Además, el desayuno es excelente, con productos de calidad y opciones preparadas al momento, como fruta fresca, zumos naturales y mermeladas caseras. Los anfitriones son muy amables y te ayudan a descubrir los mejores lugares para comer y visitar cerca del hotel, haciéndote sentir como en casa.

El camino de entrada carece de iluminación, lo que dificulta llegar a la casa cuando oscurece.

Me enganché por el trato amable al inicio, ofrecieron consejos sobre taxis. Tiene todo lo que necesito: Wi-Fi gratis, estacionamiento, guarda equipaje, comedor exterior. Vuelvo en Navidad.

Los propietarios, Camile y Jeane, son excepcionales en su trato y amabilidad. Los desayunos a la carta eran exquisitos, con productos locales y caseros. La ubicación cercana a puntos de interés y las habitaciones bien cuidadas con vistas al mar y las montañas lo hacen ideal. La interacción con Pampa, la perrita cariñosa, agregó un toque acogedor a la experiencia.

No dudaría en recomendar este hotel.

Me encantó estar rodeado de naturaleza y desconectar del estrés diario. Los dueños fueron súper amables y atentos, ¡incluso tenían una perrita muy cariñosa! Además, los desayunos eran una auténtica delicia, preparados al momento y con productos frescos como fruta, zumo natural, y mermeladas caseras. ¡Un verdadero festín!

Hubieron algunas cosas que no me gustaron. Primero que nada, me hubiera gustado que tuvieran otra cuna disponible, ya que viajaba con mellizas y solo había una.

La habitación con balcón y vistas al mar era simplemente espectacular. Me encantó despertar cada mañana con esa vista increíble. Como amante de la naturaleza, me sentí en mi salsa aquí.

Personalmente, me hubiera gustado más iluminación en el camino de entrada, pero es solo mi opinión.

El lugar está rodeado de hermosas praderas, lo que te permite conectarte con la naturaleza y alejarte del estrés de la rutina diaria. Además, los anfitriones son extremadamente amables y atentos, siempre dispuestos a hacer tu estancia lo más cómoda posible. Los desayunos son deliciosos y preparados al momento, con una gran oferta de productos locales y caseros. Por si fuera poco, también cuentan con una amplia terraza perfecta para relajarse y disfrutar de un ambiente acogedor y familiar.

El acceso a la casa carece de iluminación, lo que puede resultar incómodo al llegar en la noche.