Nos alojamos en un hotel pequeño pero acogedor, idealmente ubicado cerca de la estación de trenes y del centro de la ciudad. La habitación era limpia y cómoda, con un baño moderno. El desayuno era básico pero suficiente para empezar el día. Además, el personal nos brindó una excelente atención durante nuestra estancia.

No había ascensor en el hotel, pero el recepcionista amablemente nos ayudó a llevar nuestro equipaje a la habitación.

El alojamiento está cerca de la estación de tren y ofrece un desayuno buffet satisfactorio. El propietario del hotel fue magnífico en su trato.

Me sentí como en casa, no tengo ninguna queja en absoluto.

El personal fue maravilloso, amable y servicial. Nos orientaron y ayudaron con nuestra excursión en el Bernina Express, indicándonos los horarios y las paradas más interesantes. La habitación estaba limpia y tenía todo lo necesario, con un balcón con vistas al río y la montaña. El desayuno era completo, con croissants, pan, fruta, cereales y bebidas. La ubicación era genial, cerca de la estación de trenes y con comercios y restaurantes cercanos. Sin duda lo recomendaría y volvería sin dudarlo.

Me sentí bastante a gusto, no tengo ninguna razón para quejarme.