Me encantó alojarme en este hotel boutique en Roma. La ubicación era perfecta, cerca del metro y en un bonito barrio residencial y tranquilo. Cerca del hotel, encontré varios restaurantes fantásticos donde pude disfrutar de deliciosas comidas. La habitación en la que me alojé era espaciosa y cómoda, con una cama insuperable. El baño era precioso, con una ducha de hidromasaje y baldosas exquisitas. El desayuno era variado y completo, con opciones para todos los gustos. disfruté de las comodidades adicionales, como una nevera grande y una cafetera en la habitación.

Me hubiera gustado que hubiera más colgadores para las toallas en el baño.

La habitación en general fue encantadora: el colchón era insuperable y la tranquilidad del hotel era destacable. El desayuno fue buenísimo y completo, con una gran variedad de opciones. Además, la habitación ofrecía una nevera grande, cafetera y hervidor de agua, lo cual fue muy conveniente. No faltaba de nada en la habitación. El lavabo era precioso, con una ducha de hidromasaje, y las baldosas tenían un gusto exquisito que ya quisiera tener en mi casa. El personal, tanto Renata como la señora que arregla las habitaciones, fueron muy atentos y amables.

Me sentí muy bien atendido, no me puedo quejar.