La ubicación del hotel es perfecta, ya que está situado en la orilla del mar. Además, se encuentra cerca de las zonas de tiendas y frente al castillo. Desde algunas habitaciones se puede disfrutar de una hermosa vista al mar y al castillo. También, el servicio del hotel es excelente y el desayuno es muy completo.

El acceso a la piscina es limitado y se debe reservar con antelación, lo que dificulta su uso.

Llegué al hotel y no encontré la hospitalidad ni la atención que esperaba. El check-in a las 3 pm no tiene sentido, ya que muchos viajeros llegan por la mañana para aprovechar más la ciudad. La habitación carecía de decoración y arte, era simple y sin vida. Además, me movieron a otro hotel sin consultar. Las almohadas eran horribles y la cama no era cómoda en absoluto. Sin embargo, la vista al océano era impresionante.

La ubicación en una zona maravillosa al lado de buenos restaurantes y bastante cerca del centro de la ciudad es un punto destacado. Además, este hotel se encuentra cerca del mar, lo que ofrece vistas impresionantes.

Todo es genial.

Me fascinó la ubicación del hotel, justo en frente de la costanera y con una vista espectacular hacia el mar y el castillo. Además, el personal fue muy atento durante mi estadía y el desayuno en el salón con vista al mar fue simplemente impresionante. me encantó el tamaño y la limpieza de la habitación, así como el espacioso y moderno baño con tina y bidé.

Lo único que no me gustó fue el wifi de la habitación, que era bastante lento y tenía que bajar al lobby para tener una buena conexión. Sin embargo, el hotel ya está trabajando en solucionar este problema, así que seguramente mejorarán pronto.

La ubicación del hotel es excelente, frente al paseo marítimo y al castillo del'Ovo. Las habitaciones tienen una vista parcial al mar y son amplias y cómodas. El restaurante panorámico ofrece cocina internacional de buena calidad. El desayuno se sirve en un salón con vistas al mar y al castillo. El personal es amable y atento. La piscina es buena y el hotel cuenta con varias opciones de servicios, cafés, bares y restaurantes de calidad en las cercanías.

Estaba como en casa, no me puedo quejar.

Ubicación perfecta frente al mar con restaurantes cercanos, seguro y con ambiente. Habitaciones limpias y tranquilas. Desayuno completo. Vistas impresionantes de la bahía. 🌊

Excelente ubicación frente al mar, personal atento y servicial, desayuno delicioso con vista al castillo y al mar, habitación espaciosa y limpia.

Todo era lo que quería y necesitaba.

Mi estancia en Hotel Royal Continental fue maravillosa. Nos asignaron una habitación con impresionantes vistas al mar, lo cual hizo que nuestra experiencia fuera aún más especial. Las instalaciones del hotel eran cómodas y espaciosas, y pudimos disfrutar de la gran terraza del último piso, donde teníamos una vista panorámica de la ciudad. Además, el personal del hotel fue muy amable y servicial, siempre dispuesto a ayudar. Aunque había algunas pequeñas desventajas, como la necesidad de cambiar la contraseña del wifi todos los días y el desayuno algo repetitivo, en general recomendaría este hotel.

el hotel superó mis expectativas, con unas vistas hermosas desde el desayunador y un personal amable y servicial. La ubicación era perfecta, en una zona tranquila y cerca de restaurantes y bares. Sin duda, una estancia que valió la pena.

La terraza y la piscina siempre ocupadas por eventos, no pude disfrutar de ellas.

La ubicación del hotel es conveniente para explorar las zonas comerciales y el distrito histórico. Además, está cerca del mar, lo que ofrece hermosas vistas y la posibilidad de disfrutar de la playa.

Algunos huéspedes se quejaron de la falta de limpieza en las habitaciones.

La ubicación frente al castillo es maravillosa, el Wifi excelente y la alberca rica. Los tours a Pompei y Vesuvio en taxi te ahorran tiempo y esfuerzo.

Me sentí muy especial, no he tenido ningún inconveniente.

Excelente ubicación con vistas a toda la bahía, personal muy atento, desayuno con vista al mar, habitación espaciosa y limpia. Baño grande con tina y bidé.

Me sentí privilegiado, no me puedo quejar.