Mi viaje a Karak fue una experiencia inolvidable gracias a mi estancia en The Old House. Me quedé por dos noches y desde el momento en que llegué, me sentí como en casa. La casa está decorada con estilo y atención al detalle, creando una atmósfera acogedora y auténtica. Además, la cena y el desayuno fueron exquisitos, con platos tradicionales que me sorprendieron gratamente. Pero lo que realmente hizo que mi estancia fuera espectacular fue el anfitrión, quien se esforzó por garantizar que no me faltara nada. A pesar de la barrera del idioma, su amabilidad y servicio hicieron que nos entendieramos perfectamente. Sin duda, The Old House es una de esas experiencias únicas que marcan la diferencia en un viaje.

De verdad que lo aconsejo.

Casa súper limpia y decorada acorde a la cultura local. Cena con vista increíble.- Desayunos en café del hotel en el pueblo.- Baño exclusivo y limpio.- Chico servicial y amable.- Preparó té al llegar.- Plato tradicional para cenar

No había nada que no me gustara.