Nuestra estancia en el campamento fue maravillosa. Desde el momento en que hicimos la reserva, el personal de Quiet Village Camp estuvo pendiente de nosotros, adaptándose a nuestros horarios y ofreciéndonos una oferta de actividades increíble. El entorno del campamento es seguro y bien cuidado, y las habitaciones estaban limpias y cómodas. La cena tradicional fue deliciosa y las actividades organizadas, como el tour en jeep, nos permitieron disfrutar de los puntos más significativos del desierto rojo. Además, los beduinos que regentan el campamento son personas encantadoras y amables. Fue una experiencia única que recomendaría a todos.

Todo fue perfecto. 🌟

El lugar está muy cerca de varios lugares de interés en el desierto y en la zona central. Las instalaciones del campamento son limpias y acogedoras. El desayuno es delicioso y el personal es amable y atento.

Nada de nada.

Desde el primer momento en que formalizamos la reserva con el campamento se mostraron pendientes de nosotros. Nos enviaron en todo momento la oferta de actividades para realizar en el desierto y el punto de encuentro donde nos recogieron. Se adaptaron a nuestros horarios de llegada sin ningún problema. El entorno donde se encuentra el campamento es seguro y se encuentra muy cuidado. La habitación era grande y limpia. Las sábanas de la habitación también estaban limpias y contaba con mantas para no pasar frío durante la noche. Los cuartos de baño a pesar de no ser individuales estaban limpios. La carpa principal donde cenamos y desayunamos era amplia, limpia y acogedora. La cena tradicional estaba riquísima. Todos ellos, fueron encantadores y atentos durante nuestra estancia en el campamento. Durante la noche y tras la cena, podías quedarte alrededor de una pequeña fogata y servirte té, mientras tocaban instrumentos y cantaban. Fue una manera única de contemplar el cielo en el desierto. Los tours que organizan están bien. Nosotros contratamos un tour en jeep durante 5 horas con otras dos chicas para conocer el desierto y no nos defraudó. Recorrimos los espacios más importantes y el guía nos dejaba suficiente tiempo para estar en ellos o hacer fotografías del entorno.

La tienda donde dormimos no estaba bien protegida de los factores externos, se colaba el frío, por eso me imagino que la cama tenía 5 mantas para dormir. Sólo había agua caliente para ducharse por la tarde-noche.