El alojamiento en las montañas del Atlas fue una experiencia maravillosa. Las habitaciones eran cómodas y acogedoras, con todo lo necesario para una estancia agradable. Además, la comida era deliciosa y el trato familiar y hospitalario del personal fue excepcional. Desde la terraza interior con vistas impresionantes hasta la posibilidad de guardar la bicicleta en el alojamiento, todo estaba cuidado al detalle para garantizar la comodidad de los huéspedes.

El acceso al alojamiento puede resultar complicado para aquellos que no estén familiarizados con la zona montañosa.

El alojamiento fue perfecto en todos los sentidos. Desde nuestra llegada, fuimos recibidos con atención y amabilidad por parte del personal. Nos permitieron guardar nuestras bicicletas sin problemas. Además, la ubicación de este hotel en las montañas nos brindó la oportunidad de vivir una experiencia auténtica en un pueblo bereber, lejos del ajetreo turístico de otros pueblos. Las vistas desde el alojamiento eran impresionantes, y el desayuno abundante y delicioso fue el complemento perfecto para comenzar nuestro día. No podríamos haber pedido más en términos de limpieza y comodidades en este hotel.

No hay quejas.

Este hotel es una joya escondida en las montañas, brindando una experiencia auténtica en un pueblo bereber. La ubicación es perfecta, lejos del bullicio turístico de otras localidades cercanas. Además, las habitaciones son cómodas y bonitas, con la ventaja de tener balcones para disfrutar de las impresionantes vistas del Atlas. La atención del personal es excepcional, siempre pendientes de nuestras necesidades y ofreciendo un trato familiar que nos hizo sentir como en casa. El desayuno era abundante y delicioso, preparándonos para nuestras aventuras en las montañas cada día.

Todo estuvo de maravilla, sin ninguna queja.

Atención del personal excelente. Terraza interior maravillosa.- Posibilidad de guardar la bicicleta

De verdad no hay nada que no me haya gustado.