La limpieza impecable, las instalaciones del hotel eran cómodas y elegantes. Además, el desayuno era abundante y delicioso. El personal fue amable y servicial.

Nada que pueda disgustar.

Este hotel es una verdadera joya escondida en el corazón de la ciudad. La atención al detalle es notable, desde la encantadora decoración hasta el servicio amable y atento del personal. Las habitaciones son acogedoras y están equipadas con todas las comodidades necesarias, ¡incluso tienen un balcón privado con una gran vista! La ubicación es perfecta, en pleno centro de la kasbah, lo que facilita explorar la ciudad y sus encantos. El desayuno es delicioso y completo, con una gran variedad de opciones para todos los gustos. Sin duda, una experiencia memorable.

Todo fue una experiencia maravillosa.

Recepcionista amable, transporte y excursiones organizados, recomendaciones para comer, personal atento. Habitación limpia y acogedora. Buena ubicación en la Kasbah.

Nos alojamos en un lugar muy conveniente, cerca del puerto y de varios lugares de interés. Además, nuestra habitación era amplia y cómoda, con un baño limpio y bien equipado. El personal del hotel fue muy servicial y amable, brindándonos un excelente servicio. disfrutamos de un delicioso desayuno todas las mañanas, que incluía una variedad de opciones. Sin mencionar las impresionantes vistas que teníamos desde nuestra habitación.

Hubo un inconveniente con la falta de armario en nuestra habitación, lo cual resultó un poco incómodo para guardar nuestras pertenencias.

Ubicación perfecta en la Kasbah. Decoración bonita.Terraza con vistas maravillosas.Anfitriona y personal encantadores

Nada obvio.

Nos alojamos en un hotel cerca del puerto con una ubicación conveniente. La habitación era bonita y perfecta para descansar ya que no había ruidos. El desayuno era muy bueno y variado, con opciones dulces y saladas. Además, pudimos disfrutar de increíbles vistas desde la terraza. El personal era atento y servicial, especialmente Mohammed y el chico de noche. Nos hicieron sentir como en casa.

Los baños de las habitaciones que tuvimos en el segundo piso tenían un olor desagradable a cañería. Los baños eran bonitos pero les faltaba equipamiento básico, como un lugar para poner el neceser o colgar las toallas de manos.