El hotel está situado en una ubicación privilegiada con impresionantes vistas de la ciudad. Los saltos de Holmekolen están justo al lado, lo que permite disfrutar de hermosas vistas de Oslo y su fiordo, especialmente al atardecer. Además, las zonas comunes del hotel son muy bonitas y bien cuidadas.

El único inconveniente es que el estacionamiento es de pago, lo que puede resultar costoso en Noruega. Además, algunas personas mencionaron que las habitaciones son un poco pequeñas y que la bañera es alta, lo que puede ser incómodo para las personas con limitaciones físicas.

Mi estancia en Scandic fue maravillosa. Estuve en el hotel durante una semana por un viaje de placer. Lo que más me gustó fue la tranquilidad y paz que se respira en el lugar, rodeado de un hermoso bosque donde pude observar alces y otra fauna local. Además, la ubicación cerca del metro hizo que pudiera llegar al centro fácilmente. El desayuno fue delicioso y la habitación muy cómoda. El personal siempre estuvo atento y amable. En resumen, tuve una experiencia muy positiva en Scandic.

Recomiendo este lugar insistentemente.

Me alojé en un hotel en las afueras de la ciudad, en una colina con una impresionante vista a la ciudad. La habitación estaba bien arreglada y limpia, con camas cómodas. Además, el desayuno era variado y abundante. disfruté de la ubicación del hotel cerca de una pista de esquí y de un lago para relajarse.

Encontré que la falta de limpieza en el hotel era un problema.

Me encantó mi escapada en este hotel con impresionantes vistas de la ciudad. La ubicación era perfecta, justo al lado de los impresionantes saltos de Holmekolen. Las vistas de Oslo y su fiordo al atardecer eran excepcionales. Además, el personal era amable y servicial, brindando un buen servicio durante toda mi estancia.

Hubo algunas cosas que no me gustaron del hotel. En primer lugar, las habitaciones eran un poco pequeñas y no eran dignas de un hotel de 4 estrellas, especialmente considerando el precio que pagué.

Hotel excepcional. Habitación preciosa. Entorno y vistas inmejorables. Desayuno variado y rico. Cama cómoda. Hervidora eléctrica en habitación. Metro cercano. Gym y piscina geniales.

Nada.

Las mejores aspectos de nuestra estancia en este hotel fueron la limpieza impecable, las instalaciones completas, el desayuno delicioso y variado, y la amabilidad del personal. Las habitaciones estaban muy limpias y cómodas, y las vistas desde el hotel eran impresionantes. La ubicación en las montañas nos brindó una experiencia única y tranquila, rodeados de la naturaleza. Además, apreciamos mucho que el hotel tuviera estacionamiento disponible y estuviera cerca de una estación de metro, lo cual facilitó nuestro transporte hacia el centro de la ciudad.

Nada de verdad.

El hotel está ubicado en una zona cercana a la estación de metro y es ideal para los amantes del esquí, ya que está cerca de pistas de esquí. Además, es fácil llegar al centro de la ciudad en tranvía. En cuanto a las habitaciones, son cómodas y espaciosas, con bonitas vistas y el desayuno es variado y de buena calidad.

La limpieza deja mucho que desear. Las superficies, ventanas y vidrios no están bien limpios y hay manchas en algunos muebles y cortinas.

Este hotel es excepcional. Las habitaciones son grandes y cómodas, con una decoración impecable. Además, el personal es amable y siempre dispuesto a ayudar. La ubicación en la cima de la colina ofrece unas vistas impresionantes del entorno.

Recomendaría este hotel a cualquiera. No tengo ninguna queja, ¡todo fue perfecto!

Bosque cercano, fauna observada, paz y tranquilidad. Metro T al centro. Desayuno inmejorable. Habitación cómoda. Personal atento. Exterior e interior impresionantes. Servicios excelentes. Vistas de Oslo increíbles. Cama cómoda y sin ruido. Hervidora eléctrica en habitación. Metro Holmenkollen cerca. Billete y ticket en andén. Gym y piscina geniales. Restaurante con comida espectacular. Cena de calidad alta. Personal rápido y agradable. Mezclas de sabores poco comunes. Desayuno variado. Vistas preciosas. Spa acogedor.

El hotel es precioso, con vistas increíbles de la ciudad y el fiordo. El desayuno bufet es variado y delicioso. La cama es muy cómoda y no hay ruido. La hervidora eléctrica en la habitación es perfecta para disfrutar de una bebida caliente. El hotel está cerca del metro y la estación de Holmenkollen, línea 1, zona 1. Se puede comprar y validar los billetes en el mismo andén con tarjeta de crédito. El gimnasio y la piscina son geniales.

Me sentí realmente atendido, no tengo ninguna razón para quejarme.