El hotel es encantador y acogedor. Me alojé aquí durante unos días y me sentí como en casa. La decoración es muy bonita y han creado un ambiente relajado. Mi espacio favorito fue la biblioteca en el piso superior, donde pude disfrutar de momentos de lectura tranquila. El desayuno también fue magnífico, con una gran variedad de opciones deliciosas. El personal fue muy atento y amable, y se preocuparon por cada detalle de la habitación, desde las sábanas y toallas bordadas hasta las amenidades de calidad. Sin duda, el atardecer en la terraza de la biblioteca fue una experiencia inolvidable.

De verdad que lo aconsejo.

Pasamos una estancia encantadora en este hotel. Nos dieron una habitación en la misma planta que la biblioteca y disfrutamos de las hermosas vistas hacia el agua desde nuestra terraza. El desayuno fue excelente y el personal fue muy atento y amable. Además, pudimos relajarnos en los salones y disfrutar de un café en cualquier momento sin costo adicional. La ubicación, aunque un poco lejos del centro, no fue un problema ya que hay una parada de autobús justo al lado. Si vuelvo a Lisboa, definitivamente regresaré a este encantador hotel.

El cuarto con una vista espectacular hacia el río. El delicioso desayuno buffet con zumo de naranja natural.El hermoso jardín y la acogedora biblioteca en la tercera planta.El personal de recepción amable y servicial.

Nada que decir.

El hotel es encantador, con una decoración preciosa que crea una atmósfera relajada y acogedora. Me enamoré de la biblioteca en el piso superior, un espacio perfecto para perderse entre sus libros. El desayuno también merece una mención especial, es magnífico y delicioso. El personal de recepción es amable y dispuesto a dar recomendaciones sobre actividades y restaurantes. Las habitaciones son amplias, limpias y muy cómodas. El jardín y la terraza de la biblioteca ofrecen unas vistas increíbles del río Tajo. Además, aprecio mucho que ofrezcan servicios gratuitos como el transporte de equipaje a la habitación y café en el lobby.

No dudaría en recomendar este hotel.

Hotel clásico y precioso, habitaciones amplias y limpias. Varios salones y terraza con vistas. Desayuno bufete en terraza bonita y calidad estupenda. Estacionamiento pequeño pero conveniente reservar. Restaurantes cercanos. Ambiente relajado como estar en casa.

El hotel está en una ubicación ideal, cerca del paseo marítimo y en un barrio tranquilo. Además, es cercano a todos los museos de la ciudad. Las habitaciones son amplias y la decoración es exquisita. El personal es muy amable y servicial, ofreciendo una atención personalizada en todo momento. El desayuno es magnífico, con una gran variedad de opciones para todos los gustos. cuenta con una biblioteca en el piso superior, donde se puede disfrutar de las vistas al río y relajarse.

La moqueta en las habitaciones puede ser un problema para las personas alérgicas, ya que no es higiénica y difícil de limpiar.

Me encantó mi estancia en Lisboa durante la Navidad. Uno de los aspectos que más me gustaron fue la atención del personal del hotel. Siempre fueron amables y serviciales, asegurándose de que tuviera todo lo que necesitaba. Además, disfruté mucho de la decoración del hotel, que era elegante y acogedora. Era realmente como estar en un pequeño oasis en medio de la ciudad.

En cuanto a los aspectos negativos, una de las cosas que no me gustó fue el espacio limitado en el comedor para el desayuno. A veces era difícil encontrar un lugar para colocar los platos o dejar los utensilios utilizados.

El cuarto con vistas espectaculares al río. El desayuno bufé con zumo de naranja natural.El personal de recepción amable y dispuesto a dar informaciones turísticas y sugerencias.Ambiente acogedor y encantador del hotel.

Es difícil mencionar algo negativo.