La atención del personal, ubicación frente al mar, comunicación empática, paseos caminando, atención a nuestra mascota.

Ningún fallo.

Este hotel está estratégicamente ubicado cerca del centro de la ciudad, lo que hace que sea muy conveniente para explorar los alrededores a pie. Además, está situado en el paseo marítimo, lo que ofrece vistas impresionantes del océano.

El servicio de lavandería puede ser bastante lento y no hay enchufes cerca de la cama.

La ubicación junto al mar y cerca del pueblo es perfecta. Las vistas desde el comedor durante el desayuno son impresionantes. El trato del personal es amable y se esfuerzan por hacerte sentir especial. El parking y la zona de la piscina son fantásticos. Pequeños detalles como bombones en la habitación y una tarta sorpresa en el desayuno hacen que la experiencia sea aún más memorable.

El mejor aspecto de este lugar fue la ubicación. Estaba justo al lado del mar, en primera línea de mar. Además, también estaba cerca del centro de la ciudad vieja, lo cual nos permitió hacer paseos caminando y disfrutar de todo lo que esta ciudad tiene para ofrecer.

No hay nada malo que decir.

La ubicación del hotel es inmejorable, muy cerca del centro de la ciudad y con vistas impresionantes. Además, está resguardado de los fuertes vientos de la zona. destacaría el trato amable y atento del personal, en especial del señor Rodrigo Martins, quien fue un anfitrión perfecto. El desayuno en el salón frente al mar fue realmente bueno y disfruté mucho de esa experiencia.

Hay varios aspectos negativos que afectaron mi estancia en este hotel. En primer lugar, la habitación era realmente pequeña, incluso para una persona sola.

La ubicación en el centro de la ciudad, a orillas del mar, en una zona encantadora cerca del centro de la ciudad vieja. El desayuno, uno de los mejores que hemos probado, con unas vistas del comedor que te hacen no querer terminar. La atención del personal, que se pasaba de vez en cuando por la habitación dejándonos bombones y en el cumpleaños de mi chica nos trajeron una tarta con velas sin decirles nada. destacamos la zona de la piscina, el parking y la atención del personal, que fue lo mejor durante nuestra estancia.

Nada en absoluto de lo que quejarse.

El hotel está magníficamente ubicado sobre un pequeño acantilado, ofreciendo unas vistas impresionantes de la bahía de Cascais. El personal es amable y atento, destacando la hospitalidad del Sr. Rodrigo Martins. El desayuno se sirve en un salón con vistas al mar. Los restaurantes y el bar están decorados de manera acogedora. Muy recomendable.