nuestra estancia en Castro Caldelas fue una fiesta del cangrejo, pero A Palleira superó todas nuestras expectativas. El anfitrión, Jose, fue encantador y nos dio indicaciones detalladas sobre rutas y lugares para visitar. La casa bohemia y acogedora estaba equipada con todo lo necesario, y la calefacción de leña la hacía aún más acogedora. Sin duda, el lugar perfecto para desconectar y disfrutar de las hermosas vistas y la tranquilidad del entorno.

colchón necesita un cambio.

Me encantaron dos cosas de este lugar: la tranquilidad de la aldea en la que está ubicado y la comodidad de la casa. La ubicación remota fue perfecta para desconectar durante mi viaje de negocios y disfrutar de la naturaleza. Además, el trato amable y atento del dueño fue una ventaja adicional que hizo que mi estancia fuera aún mejor. vale la pena mencionar que la casa ofrecía un desayuno con productos locales y caseros, como tostadas, galletas, cereales, miel y mermeladas.

Por otro lado, hay algunos aspectos que no me gustaron tanto. La relación calidad-precio es discutible, ya que el equipamiento de la casa era un poco antiguo y la reforma de la misma dejaba algo que desear.

La casa es fantástica con vistas impresionantes, con un dueño muy amable y servicial, historia de la casa y planos de lugares y rutas a pie.

Me sentí como si estuviera relajándome en casa, no tengo ninguna pega.

Genial! El hotel A Palleira ofrece un lugar de cuento de hadas con un entorno inmejorable. José, un encantador anfitrión, nos dio explicaciones detalladas sobre la casa. Además, la casa está perfectamente equipada y cuenta con productos alimenticios artesanales para comprar. La experiencia nos transmitió mucha paz y definitivamente repetiré. 😊

la verdad es que nuestra estancia en Castro Caldelas y en A Palleira ha sido genial. Pasamos un fin de semana largo maravilloso en este lugar aislado y tranquilo. La atención del anfitrión, Jose María, fue lo mejor, estuvo siempre pendiente de nuestras necesidades y nos dio recomendaciones de rutas y excursiones. En cuanto a la casa, estaba perfectamente equipada, cómoda y bonita, con unas vistas impresionantes. Además, Jose María nos dejó el desayuno resuelto con leche, galletas, mermelada y pan casero. No se puede pedir más. La única cosa que echamos en falta fue una tienda más cercana, pero el anfitrión supo solucionarlo. Volveremos sin duda.

El lugar precioso, casa confortable, trato excelente, información útil, ambiente tranquilo.

No hay nada que no me haya gustado.

Hemos pasado un fin de semana maravilloso en esta casita rural. Nos encantó la tranquilidad de la aldea y la comodidad de la casa, así como la amabilidad del dueño José. Estuvo pendiente en todo momento de que estuviéramos cómodos y nos aconsejó lugares que visitar. El desayuno con tostadas, galletas, cereales, miel del pueblo ecológico y mermeladas caseras fue delicioso. Los niños también disfrutaron viendo animales y jugando en la aldea. Fue una experiencia de relax total y estamos con ganas de volver.

No hay nada que no me haya gustado 😊