¡Acabo de pasar una estancia maravillosa en Albergue Alto Da Pena, exclusivo para peregrinos! Estuve allí durante mi peregrinación en el Camino de Santiago y me quedé impresionado. La comida del menú del peregrino era deliciosa y abundante, especialmente el cocido gallego y los macarrones gratinados. Además, nos sorprendieron con porciones generosas, como un puchero de lentejas para 3 personas que en realidad alcanzaba para 6. ¡No pudimos terminar la fuente de macarrones con queso!

el albergue alto da pena fue una grata sorpresa. el trato del personal, desde el chico de recepción hasta la mujer que nos preparó el desayuno, fue excepcional. las instalaciones estaban limpias y cómodas, con duchas individuales y una terraza con vistas al atardecer. también disfrutamos de las deliciosas tortillas de la cafetería. sin duda, recomendaría este lugar para descansar durante la ruta hacia finisterre y muxía.

Hubo algunos mosquitos, pero es comprensible debido a la ubicación en plena naturaleza. sería útil que se colocara una barrera en el piso alrededor de la ducha para evitar que se moje todo el baño.

Me encantó mi estancia en este albergue durante el Año Nuevo. Lo que más me gustó fue la calidez del personal, siempre amables y dispuestos a ayudar. Además, ofrecen comidas deliciosas, incluyendo un menú especial para peregrinos. También me encantó la ubicación del albergue, cerca de hermosos paisajes y senderos para hacer excursiones. Otro aspecto destacado fue el bonito jardín trasero, donde pude relajarme y disfrutar de una cerveza. ¡Una experiencia maravillosa!

Hubo un par de cosas que no me gustaron tanto. En primer lugar, la sábana desechable que proporcionaban para el colchón y la almohada no era muy cómoda.

Nos sentimos muy a gusto en el albergue. El trato de Manuel y sus empleados fue excepcional, nos hicieron sentir como en familia. Además, disfrutamos de las vistas de la pradera donde se encontraban los caballos de Manuel. La comida del albergue, incluyendo opciones para veganos como yo, fue deliciosa. Fue un día de descanso perfecto después de nuestra ruta hacia Finisterre y Muxía. Sin duda, lo mejor de todo fue la atención y amabilidad de Manolo y su esposa, quienes se desviven por hacer que los huéspedes se sientan como en casa. El alojamiento en el Rectoral es precioso y las camas son de lujo. Destaco la increíble cocina, especialmente el cocido gallego y los macarrones gratinados.

Ninguna queja. ⭐️

El trato del anfitrión, Ángel. Las tortillas de la cafetería. La terraza con vistas al atardecer. Ducha individual en cada aseo.

Nada, todo fue perfecto.

El albergue fue una excelente relación calidad-precio. La habitación era muy buena y las camas eran cómodas. La ubicación era perfecta para descansar después de una etapa larga del Camino de Santiago. El personal fue extremadamente amable y servicial, especialmente el chico que nos recibió tarde por la noche y la mujer que preparó un delicioso desayuno para nosotros.

El único aspecto que podría haber mejorado era el desayuno. Faltaban opciones más ligeras y se daba prioridad a los peregrinos que elegían el menú completo de cena.