Nos encantó este lugar, en medio de las montañas donde los paisajes y las vistas son impresionantes! El anfitrión es fantástico, muy amable y con gran conocimiento sobre arte. ¡Desayuno delicioso y perfecto para explorar los pueblos cercanos! Sin embargo, la conexión Wi-Fi podría ser más estable. ¡Volveré!

Visitamos Frias y Oña, lo flipamos con la historia. Y la anfitriona era top, superatenta. Además, el ambiente rural nos relajó a tope, puro relax entre campo y montañas. Cons: Echamos en falta más actividades nocturnas, ¡algo para el rollo fiestero! ¡Un poquito de marcha vendría genial para la próxima! ¡A darle caña!.

Llegué en moto y me quedé allí unos días. Paisajes geniales para excursiones de un día, una cocina para cocinar y Doria tenía una selección de vinos excelentes y cerveza a buen precio. Es una propiedad muy inusual, una casa renovada que se integra con el pueblo. ¡Y los burros de Doria son increíbles! Un gran lugar para explorar en moto. ¡Volveré! ¡Gracias por todo!.

Un refugio mágico en plena naturaleza

Una experiencia increíble! El entorno natural es simplemente maravilloso, perfecto para relajarse y desconectar. La anfitriona es atenta y diligente, y el ambiente cultural que se respira es estimulante. La mezcla de paz, arte y amabilidad hacen de este lugar un refugio mágico. Lo único mejorable sería quizás la presencia de telarañas en algunas zonas rústicas, pero nada que empañe la belleza de la estancia. ¡Recomendado para aquellos que buscan un oasis de tranquilidad y creatividad en medio de la naturaleza!

Buen valor por el dinero, habitación acogedora y trato amable del personal. La ubicación es perfecta para explorar entornos naturales y desconectar totalmente.

La comida matutina podría mejorarse con más variedad de opciones.

Buen lugar con decoración exquisita y habitaciones luminosas. Desayuno fabuloso. Personal amable y servicial. Entorno rural y montañoso. 🌄

Burros simpáticos. Sensación de estar como en casa.- Desayuno completo y delicioso.- Sala de exposición artística interesante.- Dueña amable y servicial.- Rutas de senderismo y bicicleta de montaña.- Encanto y decoración exquisita

Ninguna queja.

Me gustó mucho la ubicación del albergue, está en un pueblecito tranquilo y fresco, cerca de Frías. Además, tuve la suerte de dormir muy a gusto, ya que la temperatura dentro de la casa era muy buena. La estructura original de la casa está bien conservada y la parte de abajo, donde se encuentra la cocina-comedor, está equipada y espaciosa.

Hubo algunos problemas de limpieza en la habitación asignada. El suelo no estaba bien barrido y había telas de araña.

El ambiente en el albergue es muy agradable y Dorian una anfitriona muy atenta y simpática. Tener el desayuno incluido está genial porque en la localidad no hay más establecimientos.Tanto el albergue como los alrededores están llenos de detalles artísticos, es divertido encontrárselos. Además, la dueña del albergue es muy maja, artista y muy interesante.

Hacia frío, los medios de calefacción obsoletos e insuficientes. No había agua caliente en el fregadero, las toallas demasiado usadas.

El albergue está muy bien situado, en un entorno rural maravilloso y tranquilo. Se puede disfrutar del silencio y descansar.Hay rutas de senderismo por los Montes Obarenes.Se pueden apreciar y participar en talleres de arte.La casa tiene una estructura original y está bien conservada.La cocina-comedor está bien equipada y es espaciosa.Hay mucho espacio para aparcar gratis.La atención de la dueña es genial.La ubicación es perfecta.

Me sentí muy a gusto, no tengo ninguna queja.

La dueña es muy amable y servicial. Las habitaciones son luminosas con vistas increíbles. El desayuno es fabuloso.

Nada que decir.