El personal nos mimó con deliciosos desayunos caseros y una cálida atención. La limpieza impecable y la tranquilidad del entorno nos permitieron una perfecta escapada en familia.

Mi mujer dice que faltó tener más actividades infantiles.

Hermosa casa con habitaciones grandes y bien decoradas. Desayuno delicioso y terraza tranquila. Muy recomendable para explorar la naturaleza y los pueblos encantadores de la zona. 👌🌿

Excelente ubicación en plenos Picos de Europa, ideal para visitar los pueblos de la comarca. Habitación reformada y calentita todo el día. Rosa muy atenta, preparó ricos bocatas para cenar y nos dio recomendaciones para optimizar el viaje. El bizcocho del desayuno, delicioso. Volveremos pronto.

Me encantó el balcón grande con vistas espectaculares. El personal amable y servicios excelentes. Definitivamente volvería. Mejor que en fotos. ¡Altamente recomendado! .

Cruzar la puerta de Casa Fidela es como adentrarse en un hogar lleno de detalles encantadores y un ambiente acogedor. Desde la amabilidad y el amor en cada rincón, hasta la excepcional limpieza, todo se nota cuidado y hecho con cariño. Destaca el desayuno, con zumo de naranja natural y bizcocho casero, preparados con dedicación. Las vistas son preciosas y la zona de Liébana es maravillosa. Las recomendaciones de Rosa, una de las anfitrionas, son magníficas. Sin duda, es un alojamiento con gente auténtica.

No tengo ninguna queja 😊.

una escapada perfecta. cómo disfrutamos de nuestra estancia en Lomeña! Casa Fidela nos sorprendió una vez más con su encanto y hospitalidad. El entorno natural, las vistas impresionantes y la tranquilidad absoluta nos sumergieron en un oasis de paz. El trato amable y familiar de las hermanas Rosi y Mari hizo que nos sintiéramos como en casa. Sin duda, volveremos pronto.

calefacción un poco baja

El entorno y el pueblo son preciosos, con varias rutas cerca. Las habitaciones acogedoras y el baño amplio y cuidado. El desayuno es de calidad y abundante. El trato inmejorable hace que te sientas como en tu propia casa en plena montaña. Totalmente recomendable para descansar y conocer el Valle de Liebana.

Cuando crucé la puerta de Casa Fidela, me encontré con un remanso de paz y belleza en medio de la montaña. La casa rural está cuidada hasta el último detalle, con una decoración encantadora y acogedora. Me sorprendió gratamente la limpieza excepcional, se nota que las anfitrionas ponen mucho cariño en mantenerlo todo impecable. El desayuno fue una delicia, con zumo de naranja natural y un delicioso bizcocho casero hecho en horno de leña. Las vistas desde la habitación eran simplemente preciosas. Las recomendaciones de Rosa, una de las anfitrionas, fueron magníficas y nos permitieron disfrutar al máximo de la maravillosa zona de Liébana. Sin duda, uno de los aspectos que más destacaría es la autenticidad de este lugar y la cálida bienvenida que nos dieron Rosa e Irene al cruzar la puerta. Definitivamente, recomendaría este hotel.

El hotel está un poco lejos de Potes, por lo que puede resultar incómodo regresar por la noche por las carreteras. Además, la cama es un poco corta, ideal para personas bajitas.

Mi experiencia en Casa Fidela fue excepcional. Desde que llegamos, el personal nos recibió con una amabilidad y atención increíbles. Nos guiaron hasta nuestra habitación y estuvieron disponibles para cualquier cosa que necesitáramos. La habitación era muy limpia y las camas eran realmente cómodas. Además, teníamos un balcón con unas vistas increíbles que pudimos disfrutar al máximo. El desayuno también fue delicioso, con zumo de naranja natural, café, bizcocho casero y pan con mermelada.

Sin problemas. 👍

El lugar en el que nos alojamos era simplemente maravilloso. Estaba rodeado de hermosos paisajes y tenía una terraza encantadora donde podíamos descansar después de un largo día. La habitación era amplia y acogedora, con una decoración moderna y sencilla que se adecuaba perfectamente al entorno. El baño era espacioso y estaba impecablemente limpio. Además, el desayuno era delicioso, con fruta fresca, yogur, pan tostado y café con leche. Sin duda, el lugar perfecto para disfrutar de unas vacaciones relajantes.

La señora rubia que nos atendió fue un poco seca y no brindó el mismo trato amable a todos los huéspedes.

El trato de la dueña fue increíble. Me permitieron modificar mi estancia y fueron muy amables.

Me sentí como en casa, no me puedo quejar.