Casa Rural Aloe Vera es un lugar encantador. La dueña, Lola, transmite una energía positiva y hace que te sientas como en casa. Las casitas son hermosas y tienen todo lo que necesitas. Aunque está un poco apartado de los lugares de interés, es perfecto para pasar tiempo tranquilo en pareja. La comida es deliciosa y casera. Definitivamente recomendaría este hotel. Encontré algunas pequeñas cosas negativas, como la falta de hielo y la ausencia de un lavavajillas, pero en general, mi estancia fue estupenda. En resumen, Casa Rural Aloe Vera es una excelente opción para unas vacaciones relajantes.

nuestra casita era muy completa, con dos pisos, un baño en cada piso, todas las ventanas protegidas con mosquitera. cocina con menaje suficiente para nosotros. tv, wifi, aire acondicionado. no teníamos lavadora pero para tan pocos días tampoco la necesitábamos. decorado con muy buen gusto. cama confortable. entorno rural y natural. piscina y equipamiento para niños en resumen, estancia muy agradable, así como la atención de lola.

Olor a creosota en algunos momentos del día.

Lo mejor de mi experiencia en este alojamiento fue, sin duda, la amabilidad y simpatía del personal. Desde el primer momento me hicieron sentir bienvenido y se mostraron dispuestos a ayudar en todo momento. Además, las instalaciones del hotel eran muy cómodas y acogedoras, lo que contribuyó a que mi estancia fuera aún más placentera.

En cuanto a las actividades ofrecidas, me encantó la oportunidad de disfrutar de una piscina. Fue un gran alivio después de un día de trabajo y me permitió refrescarme y relajarme.

Nos dieron una habitación más grande y con cocina. La cama estaba en una pequeña cueva y era muy cómoda. La piscina estaba limpia y fresca. La cena y el desayuno fueron espectaculares. El personal fue maravilloso y muy amable.

Me sentí como si estuviera visitando a la familia, no tengo ninguna razón para quejarme.

Me encantó la amabilidad del personal y la decoración rústica que te transporta a otra época. Ideal para suprimir el estrés después del trabajo y perfecto para una escapada de fin de semana. Ubicación conveniente cerca de la autovía y del centro de la ciudad. La habitación amplia y con cocina, la cama en una cueva fresquita y cómoda. La piscina limpia y refrescante. Cena y desayuno espectaculares.

Me sentí muy relajado, no tengo ninguna pega.

Me gustó la comodidad y la distribución de la casita en la que nos alojamos. Tenía dos pisos y un baño en cada piso, lo cual resultó muy conveniente. Además, todas las ventanas estaban protegidas con mosquiteras, lo cual fue genial para evitar las picaduras de mosquitos. También me pareció una ventaja que la cocina estuviera equipada con todos los utensilios necesarios para cocinar. Y por si fuera poco, la ubicación en medio de un entorno rural y natural era simplemente encantadora.

Tuve algunos problemas durante mi estancia. Primero, no había lavadora en la casita, lo cual resultó inconveniente ya que estuvimos varios días.

Me gustó mucho la tranquilidad del lugar, ideal para relajarse y desconectar. Además, las zonas comunes eran muy agradables, con muchas plantas y hamacas donde poder descansar. También disfruté de la comida, que era casera y elaborada con ingredientes naturales. Por otro lado, me encantó la atención del personal, siempre amables y dispuestos a ayudar en lo que necesitara. Respecto a la ubicación, aunque estaba apartado de los lugares de interés, me resultó conveniente para mi fin de semana de descanso.

En cuanto a lo negativo, en algunos momentos del día se percibía un olor desagradable a creosota, que supongo que venía del entorno o de algún barniz utilizado. También, cabe destacar que la casa rural no tenía lavadora, aunque me ofrecieron la posibilidad de usar una si lo necesitaba.