El entorno maravilloso y las vistas impresionantes de la costa y el pueblo de Bermeo crean una experiencia idílica. El caserío está ubicado en la biosfera de Urdaibai, rodeado de naturaleza pura. Los anfitriones, Alberto y Roberto, son ecologistas apasionados y reflejan su filosofía de vida en el hotel. La comida del desayuno es deliciosa y se utiliza producto local, incluso cosechado en los huertos adyacentes. La habitación es amplia, limpia y cómoda, con una temperatura e iluminación ideal. La cocina compartida está bien organizada y se ofrece variedad en el desayuno.

Me sentí como en casa, no tengo ninguna pega.

Me encantó el desayuno exquisito y variado. La tranquilidad y las vistas son maravillosas. El trato del personal es amable y acogedor. La opción de cocinarse la comida es genial y brinda flexibilidad.

Nada negativo.

Las instalaciones del hotel son increíbles, tanto por dentro como por fuera. El entorno es el mejor en el que hemos estado, perfecto si te gusta la naturaleza. El trato recibido por el personal del hotel fue impresionante, nos ayudaron muchísimo y solucionaron todas nuestras dudas. El desayuno es espectacular, con una amplia variedad de productos para todos los gustos.

Estaba como en casa, no he tenido ningún inconveniente.

Lo que me gustó: Me encantó el ambiente rural y tranquilo del lugar. Estaba rodeado de naturaleza y las vistas eran impresionantes. El desayuno era delicioso y variado, con productos locales que estaban muy frescos. Otra ventaja que disfruté fue la amabilidad y atención del personal. Siempre estaban dispuestos a ayudar y hacer que mi estancia fuera lo más agradable posible. La ubicación del hotel era perfecta, cerca de la costa y de varias atracciones turísticas.

Lo que no me gustó: La carretera para llegar al hotel era bastante estrecha y complicada.

¡El acceso hasta allí es lo que al principio acongoja un poco, carretera estrechita y algo enrevesada, pero una vez que la recorres un par de veces está controlado! Y la llegada y ver el caserío.¡qué bonito! Son todos encantadores, y se desviven porque la estancia sea lo más grata posible. El desayuno es espectacular, cada día algo diferente, siempre delicioso. ¡No hay ningún pero que poner!

Por poner algo, conviene tener cuidado en el último tramo de la carretera de acceso ya que la casa está en la cima de una montaña. La primera vez nos confundimos siguiendo Google Maps y nos metimos por una especie de pista forestal, era de noche y nos asustamos un poco.

Me encantó la ubicación en las montañas, en la ladera, con impresionantes vistas a la naturaleza circundante. La habitación era amplia y limpia, con una cama muy cómoda. El desayuno casero fue simplemente ideal, con una variedad de opciones y música ambiental. Además, disfruté de la cocina compartida y bien organizada. El personal fue muy atento y amable.

La comunicación con el pueblo era un poco complicada, pero para mí no fue un problema ya que buscaba tranquilidad y no necesitaba buenas conexiones de transporte.