Disfruté de un desayuno continental muy divertido, con decoraciones curiosas. Me relajé en una zona común peculiar. El aeropuerto más cercano estaba ahí, por si quería escapar rápido.

Qué maravilloso poder quedarme en el "alojamiento" casi medio día! ¡Simplemente espectacular!

La decoración era llamativa e interesante, con detalles artesanales de diferentes partes del mundo. La hospitalidad de los anfitriones fue excepcional, compartiendo historias de viajes y experiencias marítimas.

La restricción de horario para permanecer en la propiedad, solo permitido de 20:30 a 10:30, limitaba la flexibilidad de disfrutar del alojamiento. La falta de intimidad debido a baño compartido y presencia constante de los dueños en la casa no permitía una estancia completamente privada.

Me encanta este lugar porque la primera vez me ayudaron con las maletas. Tiene todo lo que necesito: bienvenida con bebida, sala de ocio/TV, alquiler de equipo de esquí, escuela de esquí, guardaesquís, billar. Volveré para una escapada romántica.

La decoración del lugar es impresionante y súper interesante, ¡me quedé sorprendido! El agua en botella en las mesillas era un detalle muy guay. Las habitaciones eran súper cómodas y tenían calefacción, ¡quedé flipando! El baño era perfecto y el desayuno delicioso. Nacho, el dueño, era muy amable, atento y tenía mil aventuras para contar. Los alrededores eran alucinantes, ¡la gente del pueblo era súper simpatiquísima! Volveríamos sin dudarlo.

La ubicación del alojamiento es perfecta para explorar los castillos y las iglesias en los alrededores. Las habitaciones son cómodas y acogedoras, con agua en botella en las mesillas y calefacción para garantizar la comodidad. El baño es amplio y limpio, y el desayuno es agradable. Además, los anfitriones son amables y llenos de historias interesantes.

No se dispone de cocina en el alojamiento.

Mi estancia en El Noray fue maravillosa. Pasamos unos días disfrutando de la hermosa decoración del hotel y de la amabilidad del dueño, Nacho. Las habitaciones eran cómodas y acogedoras, con botellas de agua en las mesillas y calefacción para mantenernos calentitos. El baño era perfecto y el desayuno muy agradable. Además, tuvimos la suerte de poder cenar en el hotel, donde probamos deliciosos platos preparados por la excelente cocinera. Pero lo mejor de todo fue la hospitalidad de Nacho, quien nos deleitó con sus emocionantes aventuras por todo el mundo. disfrutamos muchísimo de los alrededores y de la gente del pueblo, que era muy simpática. Definitivamente repetiríamos esta experiencia única.

Puedo recomendar este hotel a todos.