La estancia en este hotel fue maravillosa. Está ubicado en un pueblo precioso y tranquilo, rodeado de montañas que te transportan a una serenidad increíble. Además, el trato del personal fue excelente, siempre atentos y amables. La habitación era luminosa y tenía todas las comodidades necesarias. El desayuno era fabuloso, con deliciosas opciones caseras. Sin duda, un lugar encantador al que volvería sin pensarlo dos veces.

Quizás me faltó un poco más de variedad en los dulces del desayuno. Aunque lo que había estaba riquísimo, hubiera sido genial probar alguna ensaimada típica de la zona.

El hotel muy bonito y acogedor en el centro de un precioso pueblo. Trato perfecto, dueños amables y atentos. Salita con chimenea maravillosa. Desayunar en terraza al sol.

Nada, es perfecto.

Los dueños son muy amables, te recomiendan lugares para comer, el hotel está limpio y cuidado, la habitación es amplia y tiene vistas increíbles, hay productos ecológicos y el desayuno en la terraza es impresionante.

Opinión positiva: Lo pasamos genial en este hotel. Nos encantó la ubicación en el centro del pueblo, desde donde podíamos ir a todos lados caminando. Además, las vistas a las montañas eran impresionantes. La habitación era amplia y luminosa, con una cama enorme y un balcón pequeño con vistas a la calle. La atención al detalle fue maravillosa, desde la decoración colorida hasta el baño con una ducha enorme. El desayuno casero fue fantástico, con pasteles, frutas y quesos. Sin duda, este hotel fue una excelente elección.

El trato del personal fue cercano y amable. Me permitieron entrar antes del horario de check-in.

Nada para mí.

Una estancia maravillosa en este encantador hotel. Desde el primer momento, los dueños nos hicieron sentir como en casa con su atención y amabilidad exquisitas. Su cercanía y familiaridad nos brindaron una experiencia única. Además, nos encantó la ubicación del hotel, justo en el centro, lo que nos permitió disfrutar de las hermosas calles y gente encantadora de este pintoresco pueblo. Las habitaciones eran confortables, con una vista increíble desde el balcón. Y por supuesto, el desayuno con una magnífica vista fue el toque perfecto para empezar el día con energía. Sin duda, volveríamos a este lugar encantador.

Todo estuvo genial!

Nos encantó este hotel céntrico en una pequeña ciudad de montaña. La habitación era amplia y acogedora, con una cama grande y cómoda. El baño estaba impecable y tenía todas las comodidades necesarias. El servicio fue excepcional, el personal fue amable y atento en todo momento. El desayuno fue increíble, con productos locales y deliciosos dulces caseros. La vista desde la terraza donde desayunamos era preciosa.

Mi estancia en Es Petit Hotel de Valldemossa fue excepcional. Me encantó despertarme todas las mañanas y disfrutar de las hermosas vistas a la Serra de Tramuntana desde la terraza de mi habitación. El trato del personal fue amable y familiar, y me hicieron sentir como en casa. El desayuno era delicioso y me gustó especialmente el café, que era fuerte y de calidad. El hotel en sí tiene un estilo rústico pero elegante, y es perfecto para cualquier época del año. En definitiva, definitivamente recomendaría este hotel a cualquiera que visite Valldemossa.

Si tengo que mencionar algo negativo, diría que el precio me pareció un poco alto. Sin embargo, hay que tener en cuenta que en estas fechas todo en la isla está muy caro.

Lo mejor del hotel fue la ubicación perfecta, en pleno centro del pueblo, lo que hizo que pudiera disfrutar de todas las atracciones sin tener que desplazarme mucho. Además, las vistas desde el hotel eran impresionantes, podía contemplar el paisaje de las montañas todo el tiempo. Otro aspecto que me gustó mucho fue el desayuno, con productos deliciosos y caseros, que me ayudaron a empezar el día con energía.

En cuanto a los aspectos negativos, el hotel no contaba con parking propio, lo que resultó un poco incómodo para mí, ya que tuve que buscar un lugar para estacionar mi coche a unos 100 metros de distancia. Además, las habitaciones eran un poco pequeñas, lo que limitaba un poco mi comodidad durante mi viaje de negocios.