Lugar bonito, limpio y luminoso. Decoración cuidada. Limpieza diaria de habitación. Buen precio. Situado en un pueblo precioso. A las afueras del pueblo, pero cerca de la plaza principal.

No pude encontrar ningún fallo.

Nos quedamos en un hostal muy céntrico y limpio. El señor fue muy amable y nos sentimos muy bien recibidos. La ubicación era perfecta para explorar la ciudad y tener acceso a todo lo que necesitábamos. Las habitaciones eran sencillas pero muy limpias y bien mantenidas, con muebles nuevos y estilosos. Además, nos proporcionaron una cuna para nuestro bebé sin ningún costo adicional. Definitivamente recomendamos este lugar para una estancia cómoda y conveniente.

El único inconveniente fue que las escaleras son un poco incómodas y no hay ascensor.

Un hostal agradable y bien situado. A cinco minutos andando del centro histórico y con fácil aparcamiento por la zona. Sobre todo nos gustó la limpieza. Baño muy amplio y cómodo. Habitación de tamaño normal.

Me sentí privilegiado, no tengo ninguna queja en absoluto.

Nuestra estancia en Trujillo fue sorprendente gracias a Hostal Emilia. Las habitaciones grandes y bien conservadas superaron nuestras expectativas, con detalles de buen gusto y camas cómodas. La ubicación era perfecta, a solo 3 minutos a pie del centro, lo que nos permitía disfrutar de la tranquilidad. Además, el restaurante y la cafetería fueron agradables sorpresas, con comida deliciosa. ¡Definitivamente regresaríamos! Como única sugerencia, sería bueno tener un secador de pelo en el baño.

¡Qué pasada de experiencia! El personal súper top, siempre disponibles y amables, hasta me consiguieron un garaje improvisado para mi moto. La habitación fue una sorpresa completa, ¡mejor de lo que esperaba! Amplia, bien decorada y con todo lo necesario: aire acondicionado y camas mega cómodas. Además, el hostal está conectado a un restaurante y una cafetería que fueron una grata sorpresa. ¡La comida estaba deliciosa! Y la ubicación. genial. No está en el centro, pero en 3 minutos llegabas a la plaza principal. El lugar es bonito, limpio y luminoso, y hacían la limpieza diaria de la habitación, ¡vaya lujo! También destacaría lo amables que fueron con nuestro bebé, nos tenían la cuna preparada sin cargo adicional. En resumen, una experiencia súper top en un pueblo precioso.

Habitaciones grandes, antiguas pero bien conservadas, con detalles de buen gusto, aire acondicionado, camas cómodas. Cafetería y restaurante son gratas sorpresas, menú del día es muy recomendable.

Me sentí seguro caminando por la noche, no tengo ninguna queja en absoluto.

Sin duda alguna, el Hostal Emilia fue una experiencia maravillosa. Desde el momento en que llegué, Marta y Carlos me trataron como si estuviera en casa. Las instalaciones del hotel están impecables y lo que más me gustó fue la habitación, que era amplia, cómoda y muy limpia. El restaurante también era encantador, con diferentes ambientes, y la comida era deliciosa. Definitivamente, recomendaré este lugar a todos los que visiten la ciudad. ¡Volveré pronto!

La comida matutina podría mejorar ofreciendo opciones más completas por el precio.