El Hotel Monasterio de Rocamador es precioso y tiene un ambiente único. El personal fue muy amable y atento. Nos encantó la cena en el restaurante iglesia y las chicas que nos atendieron fueron fantásticas. Además, el desayuno era completo y las camas y almohadas eran muy cómodas. Sin duda, volvería para poder disfrutar más tiempo del entorno y la piscina. Incluso olvidé un objeto y me lo enviaron amablemente a mi domicilio.

El lugar precioso y diferente. Personal amable y atento.Cena en el restaurante fantástica.Desayuno completo.Camas y almohadas cómodas.Entorno y piscina maravillosos.Facilidad para enviar objeto olvidado.

Nos alojamos en un lugar tranquilo y cercano a la ciudad donde queríamos descansar un par de días. Desde el momento de nuestra llegada, el personal del hotel nos hizo sentir cómodos y bienvenidos. La habitación era amplia y contaba con todas las comodidades que necesitábamos. Además, la piscina era estupenda y pudimos disfrutar de las hermosas vistas del entorno. El desayuno era sencillo pero abundante, y el servicio de atención al cliente era excelente.

La falta de señalización en las carreteras al llegar al hotel fue un problema, ya que no pudimos encontrar fácilmente el camino correcto.

El personal del hotel fue extremadamente amable y servicial en todo momento, lo cual hizo que nuestra estancia fuera muy agradable. Además, la comida en el restaurante fue deliciosa, especialmente las croquetas que eran maravillosas. Por otro lado, la ubicación del hotel era perfecta, ya que estaba en un entorno tranquilo y rodeado de belleza natural.

El acceso al hotel no estaba bien indicado, lo cual dificultó un poco encontrarlo. la conexión a internet y el wifi no eran muy buenas, ya que apenas había cobertura.

El hotel es precioso y está rehabilitado con mucho gusto. La piscina, aunque algo pequeña, es una gozada y está muy bien integrada en el entorno. Las amenities de la habitación, de cosmética natural, son una maravilla. El desayuno también muy bueno. Es un lugar con encanto, un remanso de paz para descansar. Tanto edificio como los alrededores son únicos. La piscina desbordante es impresionante, para no salir nunca mientras se admira el entorno. La originalidad del restaurante en la capilla lo hace un lugar irrepetible, como la atención y la carta. Poder hacer cata de los vinos de las bodegas Pago de Encomiendas es una sorpresa. Es difícil destacar algo sobre lo demás.

Recomiendo este hotel, es total.