La habitación era espaciosa y cómoda, con hermosas vistas a la ría del Eo y Castropol. El desayuno bufé era espectacular, con una amplia variedad de opciones tanto dulces como saladas, destacando las deliciosas tartas caseras. El personal del hotel fue amable y servicial, especialmente María José. Además, el palacete en sí era precioso y el ambiente del hotel era agradable.

Solo por mencionar algo, las mosquiteras en las ventanas serían una mejora para evitar las picaduras de insectos durante la noche. Además, la bañera en nuestra habitación era un poco alta y el televisor no se escuchaba bien debido al efecto de la bóveda.

Atención y emplazamiento top. Vistas espectaculares. Desayuno casero para recordar. Trabajadores fantásticos

Casi perfecto.

Edificación extraordinaria, cama excepcional, trato del personal super, desayuno espectacular, habitaciones fantásticas, vistas impresionantes.

La ubicación del hotel es simplemente impresionante. Rodeado de naturaleza y con vistas a una hermosa ría, ofrece un entorno tranquilo y relajante para los huéspedes. Además, el edificio principal y el edificio recién rehabilitado son auténticas joyas arquitectónicas que añaden un encanto especial a la estancia.

Sería recomendable que las habitaciones dispongan de mosquiteras o aparatos anti mosquitos, ya que algunos huéspedes mencionaron haber sido molestados por mosquitos durante la noche.

Encantadoras casas indianas restauradas rodeadas de hermosos jardines. Personal amable y atento. Desayuno completo y delicioso, con opciones caseras. Vistas impresionantes a la Ría. Cerca de Ribadeo y las playas.

La limpieza impecable, las instalaciones del hotel excelentes, el personal atento y amable, y el desayuno delicioso. La ubicación también es perfecta, con hermosos jardines y vistas espectaculares. Además, cuenta con estacionamiento propio, lo cual es muy conveniente.

Nada de nada.

Me encantó la arquitectura y la decoración del hotel, con hermosos palacetes modernistas rodeados de jardines. El personal fue muy amable y el desayuno muy completo. Las habitaciones de la última planta eran increíbles.

Me sentí como en casa, no tengo ninguna pega.

Me encantó la belleza del Palacete Peñalba, una joya arquitectónica. Mi habitación era espaciosa y cómoda, y a pesar de haber reservado con poco tiempo de antelación, me pareció que la relación calidad-precio era adecuada. El desayuno fue espectacular, con una amplia variedad de opciones dulces y saladas, y las tartas caseras eran simplemente espectaculares. Todo el personal del hotel fue amable y servicial.

La limpieza de las habitaciones podría mejorar un poco, especialmente en los rincones. También hubo algunas confusiones con la reserva de la habitación, no nos asignaron exactamente lo que habíamos solicitado.