El edificio es una joya, cada rincón te transporta al pasado. Cenamos en un restaurante encantador, ¡la comida fue deliciosa y el trato excepcional! El claustro y los pasillos me dejaron sin aliento; definitivamente, un lugar para disfrutar con calma.

recomiendo este hotel, es total 💖✨

Buen entorno y limpieza. El wifi es muy inestable y no permiten mascotas.

una experiencia inolvidable en un antiguo monasterio lleno de encanto y con un servicio excepcional que te hace sentir especial

Alojamiento excepcional, personal amable y cómodo.

La ubicación es encantadora, un entorno privilegiado para disfrutar.

El monasterio es impresionante, con un claustro hermoso que invita a la calma. La ubicación es perfecta, a solo 10 minutos del centro, y el aparcamiento gratuito es un plus. Las habitaciones son cómodas, aunque pequeñas, y el baño espacioso. Sin embargo, el desayuno podría mejorar considerablemente; la oferta para celíacos fue muy limitada. A pesar de algunos problemas menores, como la TV que no funcionaba, me atendieron rápidamente. Un detalle importante: la bañera resbalaba bastante. Ideal para disfrutar del lugar, pero se podría esperar más en el servicio y la restauración.

La habitación era espaciosa, pero el baño estaba un poco descuidado y necesitaba reformas. Las camas eran muy cómodas, lo que facilitó un buen descanso. Sin embargo, el sistema de calefacción estaba apagado por la tarde, lo que hizo que la habitación se sintiera fresca. La televisión, muy pequeña y con mala calidad de imagen, era un punto débil. La atención del personal no siempre era proactiva, lo que restó un poco de confort a la estancia. Un detalle importante era la falta de una opción de café accesible para los que danzaban entre etapas en su camino.

definitivamente volvería

Un lugar con mucho encanto. El restaurante es una delicia, la cena fue abundante y riquísima. La habitación era cómoda, aunque un poco pequeña, con baño impecable y ducha potente. El gimnasio pequeño pero funcional. La ubicación es ideal, y el aparcamiento es gratuito. El entorno del monasterio, precioso y tranquilo.

Lo que más me gustó fue la habitación grande, hermosa y cómoda. El personal fue extremadamente atento y profesional. El desayuno, aunque limitado, era bastante bueno. La única desventaja fue el precio elevado por un desayuno de peregrino. ¡Definitivamente volvería! 😊

El lugar es realmente bonito, el antiguo monasterio reconvertido tiene un aire especial, perfecto para desconectar. El personal es super amable y te ofrece acceso privado a la iglesia y al claustro cuando quieras.

No fue barato, pero vale la pena la experiencia.

El lugar es precioso y la historia del monasterio te atrapa. Los conciertos de violín son un lujo y el equipo es súper atento y amable.

Pero el minibar no enfría como debería.

Ubicación privilegiada, encanto de antiguo monasterio, claustro y museo impresionantes. Habitaciones espaciosas aunque con algunas vistas mejorables. Restaurante encantador con comida deliciosa y personal amable. Desayuno buffet algo caro, pero hay opciones más económicas. Atención en recepción podría mejorar, pero en general experiencia agradable y tranquila.

Entorno histórico y paz a pocos pasos del centro

El edificio histórico es magnífico y se encuentra a pocos pasos del Monasterio de San Zoilo y la Iglesia de Nuestra Señora de Belén lo que permite explorar en un agradable paseo y sentir la historia a cada instante además de ser un lugar tranquilo que invita a relajarse en sus extensos jardines; las habitaciones son amplias y cómodas pero la atención del servicio podría mejorar ya que a veces no hay suficiente personal en el restaurante.

Maravilloso conjunto arquitectónico

La habitación era amplia y cómoda, con detalles que marcaron la diferencia. Sin embargo, sería ideal mejorar el desayuno para estar a la altura de la belleza del lugar. ¡Recomendaría una visita por la arquitectura y el ambiente tranquilo!

Espectacular monasterio, espectacular tranquilidad con habitaciones limpias y sin ruidos que facilitan un descanso reparador, y un agradable paseo de 10 minutos hasta el centro del pueblo que permite explorar la zona con tranquilidad.

Ninguna queja.

Edifici amb molta història, tranquil·let per passejar pel claustre. Habitació còmoda, tot i que els matalassos necessiten una maneta. Desayuno amb poques opcions però el cafè, boníssim. Servei a la cafeteria poc flexible, però l’entorn és tan bonic que s'obliden aquestes petites coses. Preu acceptable.