Tuve una estancia maravillosa en Rural Casa de las Campanas. El lugar es encantador, con una decoración cuidada al detalle que lo hace totalmente diferente a otros sitios que he visitado. La habitación era preciosa y acogedora, y el paisaje que rodea el hotel era impresionante. Los propietarios fueron muy amables y atentos, y su cocina era deliciosa. Además, el ambiente tranquilo del pueblo hizo que pudiera descansar por completo. Todo estuvo perfecto para disfrutar de un buen descanso.

Nada, ninguna queja.

unas vacaciones en un pueblo tranquilo con dueños amables, una decoración colorida y comida deliciosa. La sala común de arriba es genial para relajarse y jugar. La casa es preciosa y las habitaciones limpias y cómodas. El desayuno es excelente. ¡Volveremos!

falta información turística y mapas

Hemos pasado dos días maravillosos en una casa antigua magníficamente restaurada. La decoración con mucho gusto le da un encanto especial y la ausencia de TV en las habitaciones lo hace aún más encantador. El personal, especialmente Ricardo, siempre estuvo dispuesto a ayudarnos y la comida del restaurante fue deliciosa. Nos encantó la atención y nos sentimos como en nuestra propia casa. Sin duda, recomendaría este hotel rural.

Me encantó la decoración oriental y la combinación con objetos antiguos. La atención directa y personalizada fue familiar y cercana. El espacio era suficiente y la cama y el baño estaban geniales. El desayuno fue estupendo y la comida también fue de calidad y abundante, con productos locales. La atención de Ricardo fue inmediata y el personal en general muy amable. Buena ubicación para explorar la montaña Palentina. Habitación amplia y cama de buena calidad.

Me sentí bienvenido, no me puedo quejar.

El Hotel Rural Casa De Las Campanas es ideal para explorar el románico palentino y la montaña. La decoración ecléctica y alegre le da un toque especial. El personal es amable y eficaz. El desayuno incluido es variado y sabroso. El restaurante ofrece platos de gran calidad a precios asequibles. Recomiendo especialmente al cocinero.

Me sentí mejor que en casa, no tengo ninguna razón para quejarme.