Me encantó hospedarme en este hotel rural en un pueblo vaqueiro de Somiedo. El entorno era verdaderamente rural y auténtico, con tareas tradicionales como la recogida de gallinas y el pastoreo de vacas rubias. Además, el hotel estaba ubicado en el inicio de una caminata a la Braña de la Ponarcal, lo cual era perfecto para los amantes de la naturaleza como yo. me impresionó el bar-restaurante del hotel, con comida de calidad a precios razonables. Y para los días lluviosos, el hotel tenía un acogedor salón con libros, revistas y televisión. En resumen, disfruté de unas vacaciones fenomenales en este lugar maravilloso.

Mi estancia en este alojamiento fue perfecta para desconectar y disfrutar de la naturaleza de la zona. La ubicación era ideal, ofreciendo hermosos paisajes y tranquilidad. La limpieza del hotel era impecable y el personal siempre atento y amable. Además, pude disfrutar de un delicioso desayuno y de comidas a buen precio. A pesar de algunos pequeños inconvenientes, en general, recomendaría este hotel sin duda.

Las habitaciones son espaciosas, limpias y tienen vistas impresionantes a las montañas. El baño es moderno y espacioso, con todos los amenities necesarios. El personal es amable y atento, haciendo que te sientas como en casa. Además, el desayuno es delicioso, con productos frescos y de calidad. destacan las carnes y las tartas caseras en el restaurante.

El acceso a las habitaciones es complicado para personas con movilidad reducida o maletas grandes.

Nos hospedamos en Rural La Corte y tuvimos una experiencia increíble. El entorno natural era precioso y rural, perfecto para los amantes de la naturaleza. Mirta, la señora que nos atendió, fue amable, simpática y atenta. El apartamento era bonito y cómodo, y contaba con una buena calefacción. Además, la comida del restaurante era casera y de buena calidad, aunque un poco limitada en opciones. Sin duda volveremos por más días.

No hay nada malo que decir 😊

un fin de semana tranquilo en villar de vildas, rural la corte superó todas nuestras expectativas. el ambiente lugareño y el trato del personal fueron encantadores. el hotelito pequeño pero con todas las comodidades, comida espectacular y la bienvenida a nuestro perro fue genial. sin duda, volveremos.

la cama pequeña e incómoda

Me encantó mi estancia en este hotel rural. El entorno natural en el que se encuentra es simplemente impresionante. Disfruté de un juego de pistas para niños en la hermosa braña de la pornacal y las porciones de comida eran realmente generosas. El personal fue amable y nos dio excelentes recomendaciones para explorar la zona. La habitación abuhardillada tenía un encanto especial y el salón era perfecto para jugar juegos de mesa. Recomiendo definitivamente el filete de ternera, ¡era delicioso! A pesar de algunos pequeños inconvenientes, como la falta de cortina en la ducha y la distancia a las tiendas más cercanas, considero que mi experiencia en este hotel fue excepcional. En general, recomendaría este hotel sin dudarlo.

Si estás buscando un lugar tranquilo y rural para escapar del bullicio de la ciudad, este hotel es ideal. Situado en medio de las montañas, ofrece unas vistas impresionantes que te dejarán sin aliento. Además, las habitaciones son acogedoras y confortables, con todo lo necesario para una estancia agradable. El servicio es amable y atento, y el desayuno, aunque sencillo, es suficiente para comenzar el día con energía.

Hay que tener en cuenta que la escalera para acceder a las habitaciones es estrecha y empinada, lo que puede suponer un problema para personas con movilidad reducida.

El entorno es único y perfecto para relajarse, con un silencio absoluto. El trato del personal fue excelente, nos hicieron sentir como en casa.- La comida era deliciosa, con mucho sabor y platos caseros.- La habitación era amplia y la decoración era encantadora.- La limpieza del hotel era destacable, la habitación y el baño estaban siempre impecables.- La ubicación era muy conveniente, cerca del parque natural y en una zona tranquila.- Además, disfrutamos de la experiencia de poder ver la montaña nevada y las estrellas desde la cama a través del velux en el tejado.

Las camas eran incómodas, lo cual afectaba a la calidad del sueño. Sería bueno que hubiera actividades para familias con niños pequeños, ya que las rutas por el parque natural son más adecuadas para parejas y familias con niños más grandes.

El hotel ofrece habitaciones limpias y un ambiente agradable en un entorno precioso. El restaurante sirve comidas de buena calidad, con opciones sin gluten y atención a la contaminación cruzada. El personal es amable y atento, y el pueblo de Villar de Vildas es auténtico y encantador.

Me sentí bien acogido, no tengo ninguna queja en absoluto.