Un trato excelente del propietario, con curso de euskera incluido. Un apasionado por su tierra que transmite la belleza de la región. La casona es espectacular, con una decoración que mezcla antigüedades y referencias al mar. Un sitio bonito que transmite tranquilidad. Ideal para conocer la preciosa zona que lo rodea.

Me sentí muy a gusto, no me puedo quejar.

Nos hemos sentido como en casa: cuidados, acogidos y mimados a más no poder. Agradecemos enormemente el trato excelente de Ander y Jon. Recomendamos los deliciosos desayunos y cenas elaborados con cariño. Nos ofrecieron opciones vegetarianas sin problema. ¡Eskerri asko por todo!

Me sentí especial, no tengo ninguna queja en absoluto.

Me gustaron las vistas impresionantes del entorno natural circundante y la tranquilidad del lugar. Además, la comida ofrecida fue deliciosa, con platos caseros y sabrosos. disfruté de la calidez y amabilidad del personal, quienes estuvieron dispuestos a ayudar en todo momento. Aunque no era fanático del estilo de decoración en las habitaciones, encontré que eran cómodas y limpias.

Hubo algunos aspectos negativos durante mi estancia. El acceso al hotel fue un poco complicado, ya que las carreteras no estaban en las mejores condiciones y fue difícil encontrar el camino correcto.

Me encantó el ambiente tranquilo y relajante del lugar. La ubicación es perfecta, rodeada de naturaleza y cerca de la costa vasca, lo que me permitió hacer varias excursiones. Además, el desayuno y la cena fueron deliciosos, con comida casera y de calidad. También me gustó mucho la atención personalizada del personal, siempre dispuestos a ayudar con cualquier consulta o necesidad. Definitivamente, fue una escapada de fin de semana maravillosa.

En cuanto a lo negativo, me hubiera gustado que las habitaciones fueran un poco más insonorizadas, ya que pude escuchar algunas conversaciones de los vecinos. Además, una lámpara de mesita con una mejor iluminación para leer por la noche sería una buena mejora.

Pasamos una estancia maravillosa en el Hotel Rural Natxiondo. Nos encantó la ubicación tranquila y rodeada de naturaleza, perfecta para desconectar del trabajo y la ciudad. El personal, especialmente Ander y Jon, fueron muy atentos en todo momento, tanto en el servicio del hotel como en proporcionarnos información turística sobre la zona. La habitación era acogedora, con un baño nuevo y una decoración rústica encantadora. Además, disfrutamos de una deliciosa cena casera y, si queríamos cenar fuera, el pueblo de Lekeitio estaba a solo 5 minutos en coche. Todo en general superó nuestras expectativas y recomendamos este hotel al 100%.

Durante nuestra estadía, la calefacción se estropeó, pero nos invitaron al desayuno como compensación, y el hotel estaba bien aislado, por lo que no pasamos frío. También consideramos que las comidas se quedaron un poco cortas en comparación a nuestras expectativas.