La atención de Jordi fue excepcional durante toda mi estancia en La Aldaba, antigua casa de labor. Me hizo sentir como en casa desde el primer momento y estuvo siempre dispuesto a ayudar y brindar recomendaciones sobre qué hacer en Almagro. La casa está bellamente decorada y cuidada hasta el último detalle, lo que le da un encanto especial. El desayuno casero fue una delicia, disfrutándolo en el acogedor patio con chimenea. Es el lugar ideal para descansar y disfrutar del auténtico aire manchego. A pesar de estar cerca del centro, la ubicación permite disfrutar de tranquilidad y paz. Las camas eran muy cómodas y el baño estaba provisto de todos los servicios necesarios. Me sentí como si estuviera alojado en mi propia casa, ya que me proporcionaron las llaves para moverme con libertad. Sin duda, recomendaría este hotel.

Como pequeña sugerencia, creo que sería útil tener una mini nevera en la habitación para tener agua fresca, especialmente durante los calurosos días de verano.

Nos encantó la ubicación del hotel, ya que está a pocos minutos a pie del centro histórico de esta hermosa ciudad. Además, el personal del hotel fue muy amable y se aseguraron de que nuestra llegada y estancia fueran sin problemas. También destacamos la limpieza impecable de las habitaciones y las instalaciones del hotel en general. Por último, el desayuno fue fantástico, con una amplia selección de productos locales deliciosos.

Me encantó la estancia en este acogedor y encantador lugar. Los detalles de la decoración y el confort de la habitación me hicieron sentir como en casa. El desayuno junto a la chimenea o en el patio fue un verdadero lujo, y la atención del dueño fue excepcional. Además, la ubicación del hotel era perfecta, cerca de todo lo que quería visitar. Sin duda, uno de los mejores aspectos fue la recomendación de disfrutar de una obra de teatro en el histórico teatro de la localidad. ¡Impresionante! Gracias por el trato y la amabilidad.

La atención del personal fue excepcional, siempre dispuestos a ayudar y brindar información sobre el pueblo. La limpieza de las habitaciones y de las áreas comunes era impecable. También disfruté de la ubicación del hotel, a pocos minutos a pie de la plaza principal y rodeado de hermosas calles del casco antiguo.

Me molestó un poco que no hubiera un salón cerrado donde poder estar en caso de mal tiempo. También eché de menos algunos detalles en la habitación, como vasos y botellas de agua, ya que el agua del grifo no era potable.