Mi pareja y yo nos hospedamos en La Alquería durante cinco días para disfrutar de la tranquilidad del lugar y explorar el hermoso entorno del Matarraña. Encontramos un lugar encantador, decorado con gusto y con habitaciones cómodas, espaciosas y completamente insonorizadas. El personal, especialmente Jose y Clara, nos brindó un trato excelente y atención personalizada. Sin duda, lo más destacado fue la experiencia gastronómica de altura que nos ofrecieron. La cocina de Clara es extraordinaria, con productos naturales y elaboración artesana, y la repostería casera simplemente sublime. Definitivamente volveremos a repetir.

Os recomiendo este lugar fantástico.

El hotel está ubicado en un entorno montañoso, lo que proporciona unas vistas espectaculares. Además, se encuentra en la plaza del pueblo, lo cual es muy conveniente. Las habitaciones son amplias y están muy bien equipadas, con todo lo necesario para una estancia cómoda. También se destaca el servicio del personal, que es muy amable y servicial. Otro punto a favor son los desayunos, que son deliciosos y abundantes, con productos naturales y caseros.

Aunque en general la estancia fue muy agradable, el único aspecto negativo que encontré fue la falta de vistas desde algunas habitaciones. Aunque las habitaciones son cómodas y están bien equipadas, algunas de ellas no ofrecen vistas panorámicas.

Cena increíble y a precio contenido. Trato excelente de los propietarios.- Wifi funciona en todos los rincones

Para ser sincero, nada que no me haya gustado.

Mi estancia en un hotel encantador y mágico como La Alquería fue realmente maravillosa. Desde el momento en que llegué, me sentí como en casa. Las habitaciones tenían un gran gusto en su decoración y me hicieron sentir completamente cómodo. José, uno de los anfitriones, fue muy amable y me ofreció una variedad de música para disfrutar en el acogedor hall junto a la chimenea. Pero sin duda, lo que más me impresionó fue la cena preparada por Clara. Fue una experiencia gastronómica de estrella Michelin sin exagerar. Cada plato mostraba la dedicación y el talento de Clara en la cocina. Además, el desayuno fue el más delicioso que he probado en cualquier hotel, con productos caseros que hicieron las delicias de mis hijos también.

El pueblo es precioso y el hotel está muy bien situado. Se aparca muy bien. José y Clara son geniales y te hacen sentir como en tu propia casa. Trato muy cercano y familiar. Mención especial merecen los desayunos espectaculares y cocina de Clara con productos naturales de la tierra. Todo muy rico y abundante.

Me sentí como en casa, no tengo ninguna queja.

La cena y el desayuno son impresionantes, hechos en casa y generosos. Los anfitriones son encantadores y atentos. El hotel es bonito, acogedor, limpio y en un buen punto para visitar la zona. Totalmente recomendable. 🌟