El alojamiento es impresionante. Una casa muy bien cuidada y excelentemente decorada, en una preciosa plaza de un acogedor pueblo. Destacar el amplio y maravilloso patio con piscina. El pueblo está situado en un impresionante entorno serrano que resulta muy fácil disfrutarlo, por lo bien indicadas que están todas sus rutas senderistas. Mereció mucho la pena, esperar en la sierra el anochecer para escuchar bramar a los venados, en un ambiente de silencio absoluto. El jardín una maravilla aunque debido al tiempo no lo pudimos disfrutar. Muy cerca se encuentra la sierra de San Pedro, un paisaje precioso donde desconectar de todo. Nos encantó todo. La casa está increíblemente bien cuidada, tiene un jardín ideal, camas grandes y limpias, cuartos de baño impecables y el desayuno riquísimo. Pero lo mejor de todo fue sin duda el trato de Victor y de su mujer María. Fueron encantadores, tuvimos algunos percances con el coche y nos ayudaron sin parar. Cerca "La Tierra Roja", en la Plaza del Ayuntamiento hay un gastrobar que calidad precio es impresionante.

Me sentí especial, no he tenido ningún inconveniente.

Pasamos un Año Nuevo espectacular en este hotel rural! El lugar es encantador, con una decoración personalizada y detalles que hablan del buen gusto de los propietarios. El desayuno era delicioso, servido con profesionalidad y con productos caseros que fueron un verdadero deleite. Además, la ubicación del hotel es perfecta, ya que está cerca de hermosos lugares para visitar, como Marvao y Castelo da Vide en Portugal. Sin duda, volveremos a este acogedor y espectacular hotel rural.

El único aspecto negativo que encontramos fue que, a pesar de haber varias tumbonas en el jardín, solo dos tenían respaldo reclinable, lo que limitó nuestro tiempo de disfrute. No obstante, esto no opacó nuestra experiencia general en este maravilloso hotel.

Nos encantó desde el principio el trato del personal, especialmente de Víctor, quien fue muy atento y nos asesoró con qué visitar. La habitación superó nuestras expectativas en limpieza y confort. Además, las instalaciones del hotel nos hicieron sentir como en casa. El desayuno casero fue uno de los mejores aspectos, con una gran variedad de alimentos y bebidas. El personal del hotel también se destacó por su amabilidad y disposición.

No había nada que no nos gustara.