Nos encantó nuestra estancia en La Umbría de la ribera Hostal. La casa es muy cómoda y acogedora, con todas las comodidades que necesitábamos. Nos sorprendió lo nuevo y limpio que estaba todo, especialmente los colchones, que eran nuevos y muy cómodos. Disfrutamos de las dos habitaciones, una con una cama doble y otra con una doble y una cama nido, perfectas para nuestro fin de semana. La ubicación también era ideal, en una finca pero a pocos metros de la carretera. Tuvimos muchas opciones para hacer senderismo en la zona. La zona de la piscina también fue genial, nos relajamos mucho allí. Los dueños, Carmen y Roberto, fueron muy amables y serviciales, y se encargaron de que todo estuviera perfecto. En resumen, fue una estancia perfecta y sin duda recomendaríamos este lugar para descansar.

No encontramos ningún aspecto negativo en este alojamiento. Todo fue perfecto durante nuestra estancia.

La estancia en La Umbría de la ribera Hostal fue excepcional. Recibimos un gran valor por nuestro dinero y la habitación era excelente. La ubicación era perfecta, cerca de pintorescos pueblos y con fácil acceso a la carretera. El personal fue muy amable y atento, proporcionándonos toda la información que necesitábamos sobre la zona.

El menú de desayuno del hotel podría mejorar en términos de variedad y cantidad de alimentos.

Me encantó disfrutar de la piscina y de todas las instalaciones al aire libre. ¡Hasta me dieron bicicletas gratis! El paisaje era precioso y me sentí como toda una aventurera de la naturaleza.

Nada! Todo fue perfecto en mi estancia. Estoy tan contenta que no sé ni qué más escribir.

La casa de dos dormitorios estaba genial con todo lo necesario para pasar un gran fin de semana. Todo perfecto y muy limpio. Chimenea de leña muy agradable, no pasamos nada de frío. Rodeados de naturaleza. Disfrutamos con los perros, ovejas, viendo las vacas, vamos todo muy bien. Desconectamos de verdad. La Sierra Norte no deja de sorprender y descubrimos los senderos de la ribera del Huéznar: un paraíso de tranquilidad. El dueño Andrés muy atento. Excelente lugar para desconectar, todo muy limpio, sin lujos pero sin faltarle nada. Carmen y Roberto nos atendieron fabulosos. Y Andrés también, incluso estando fuera de allí. Repetiremos sin duda, será nuestra casita de referencia cuando viajemos a la sierra norte de Sevilla. Además, nos trajimos miel y huevos, hay posibilidad de comprarlos, totalmente ecológicos.

Me sentí bien acogido, no he tenido ningún inconveniente.