Nos alojamos en una habitación con vistas a los Picos de Europa nevados, el mobiliario histórico y la prensa de la época añadieron un encanto especial. El desayuno completo y delicioso, con opciones caseras. La casa ofrece juegos de mesa y un baño con impresionantes vistas a las montañas.

La conexión wifi puede resultar intermitente en algunas zonas de la casa.

Increíble ambiente histórico en cada rincón, desayuno exquisito, vistas impresionantes y atención excepcional!.

La Venta de Miyares es una joya de la historia restaurada con esmero. Cada detalle es como un tesoro en esta acogedora casa que te hace sentir como en casa. Los desayunos caseros son deliciosos y el ambiente rural invita al descanso y la tranquilidad. Perfecto para desconectar y explorar Asturias.

No hay aire acondicionado ni ventilador.

A pesar de la cama un poco pequeña, el encanto de la casa, la deliciosa cena en la terraza y el desayuno casero fueron destacados. ¡Un lugar con historia y alma que sin duda visitaré de nuevo! ¡Perfecto!

Mi estancia fue increíble. La antigua cama española era un poco pequeña, pero encajaba perfectamente con el estilo. ¡Qué delicia la cena en la terraza! El desayuno podría ofrecer más opciones para no desperdiciar comida. Carmen y su esposo realmente hacen de este lugar algo especial. La decoración, la comida, la hospitalidad. todo fue excepcional. ¡Gracias por una experiencia inolvidable! Soy británica, me encanta la playa y siempre busco hoteles con encanto histórico. ¡Volvería en un abrir y cerrar de ojos!

La Venta De Miyares - Casa De Indianos tiene un ambiente encantador y acogedor. La atención al detalle en la decoración y la restauración de la casa es increíble. Nos sentimos como en casa con la amabilidad de los anfitriones. El desayuno y la posibilidad de cenar en el lugar son excelentes. La ubicación de la casa es perfecta para explorar Asturias.

Me sentí privilegiado, no me puedo quejar.

Estancia maravillosa, atención al detalle increíble, desayunos riquísimos, casa con historia y bien rehabilitada, entorno precioso.

Nada, todo fue perfecto.

Las vistas desde la habitación eran simplemente espectaculares. Ver los Picos de Europa nevados desde la ventana me hizo sentir como en una postal invernal. El ambiente vintage de la casa, con detalles de principios del siglo XX, era como sumergirse en un museo acogedor y encantador.

Falta de aire acondicionado.

La habitación con vistas a los Picos de Europa nevados y la casa del siglo XX con prensa antigua crearon una experiencia única. Carmen y Carlos fueron acogedores y cuidaron cada detalle, haciéndonos sentir en casa. El entorno con casas indianas y la torre medieval cercana nos ofreció una agradable caminata. Disfrutamos de la terraza soleada, el jardín y los baños públicos relajantes. Cerca, el Área Recreativa del Chorrón y el Museo del Reloj añadieron a nuestra experiencia familiar.

Mi estancia en La Venta de Miyares fue maravillosa. Pasamos unos días explorando la zona y disfrutando de las vistas a los Picos de Europa. La casa y el mobiliario eran auténticos del siglo XX, ¡incluso encontramos prensa de la época! El jardín era amplio y conservaba construcciones típicas. Carmen y Carlos, los propietarios, son amantes del patrimonio y hicieron que nuestra estancia fuera acogedora y memorable. Sin duda, volveremos.

Insisto, este lugar es super recomendado.

Terminamos en este alojamiento por pura casualidad, porque tiene una ubicación privilegiada si quieres hacer el camino a Covadonga desde Gijón caminando. En pleno km 44 y en mitad del camino aparece ésta genial casa de indianos que no nos desviaba nada de nuestro camino. Llegamos tras muchas horas caminando llenitos de barro y cansancio y nos recibió una anfitriona que nos trató como a su familia. La casa a nuestra disposición, con una zona preciosa con juegos y vistas al campo con tu tetera y café para disfrutar de la tarde. La ducha, nueva, de lluvia, calentita y con presión nos encantó. Nos ofreció una cena sencilla pero muy rica en la terraza mirando al campo acompañado de un buen vino que nos hizo revivir. Al día siguiente, un desayuno al que no le faltaba de nada, casero, servido en un comedor decorado con muchísimo encanto y con música tradicional. Gracias por todo. Gracias por contar la historia de esa casa de indianos histórica y por hacernos sentir como si fuera nuestra por un día.

Mejor imposible 🌟