Desde el primer momento recibimos una excelente atención por parte del personal. Las instalaciones del hotel son prácticas y están bien diseñadas. La ubicación es inmejorable, cerca del centro histórico y de las estaciones de autobús y tren. En las zonas comunes del hotel hay un cómodo salón donde se puede desayunar, comer o cenar. Además, el personal nos proporcionó sombrillas gratuitas para llevar a la playa. En resumen, una estancia inolvidable con una excelente relación calidad-precio. Recomendaría este hotel sin dudarlo.

La habitación y el baño estaban impecables, y la cama era muy cómoda. El personal fue amable al proporcionar una cuna para el bebé y utensilios para su cuidado. La zona común estaba limpia y agradable para relajarse con una taza de té. Relación calidad/precio recomendable.

El hotel está muy bien situado, el personal es fantástico y amable, la limpieza es fenomenal, las habitaciones están bien decoradas y la relación calidad precio es insuperable.

Nada, todo fue perfecto.

La ubicación es excelente, ya que está en un barrio tranquilo y muy cerca de la estación de tren. También está cerca del casco antiguo y de la estación de autobuses y trenes.

No hay nada que no me gusta.

El hotel está muy bien ubicado, cerca de la estación de trenes y el centro de la ciudad. Además, el personal es muy amable y servicial, dándote consejos sobre lugares para visitar. destaco la limpieza del lugar, lo cual hizo mi estancia agradable.

El único aspecto negativo fue que el baño privado no tenía puerta, lo cual podría resultar incómodo si se comparte la habitación con alguien más.

Lo mejor de nuestra escapada romántica fue la comodidad y el ambiente acogedor del hotel. Nos encantó poder disfrutar de un espacio común equipado con todo lo necesario, como microondas y nevera, para preparar nuestras comidas y desayunos. Además, nos sorprendió gratamente la oferta de sombrillas de cortesía, que resultaron indispensables para nuestras jornadas de playa. También destacamos la ubicación del hotel, ya que nos permitió estar cerca de todos los lugares emblemáticos que queríamos visitar.

Hay que mencionar que hubo algunos aspectos negativos. Uno de ellos fue la falta de consistencia en la limpieza de la habitación.

Buena ubicación y trato del personal. Limpio y acogedor, con habitaciones cómodas. Permite dejar equipaje en recepción. Buena atención al detalle y ambiente tranquilo.

Me gustó mucho la ubicación del hotel, ya que estaba muy cerca de la zona histórica y de los comercios. Además, la decoración del lugar era muy cuidada y acogedora. Las camas eran muy cómodas y nos hicieron sentir bienvenidos desde nuestra llegada. También disfrutamos de la zona común, donde podíamos tomar café y disfrutar de un ambiente muy original.

En resumen, nuestro hotel ofrece una buena ubicación, una decoración cuidada y camas cómodas. Sin embargo, hay aspectos como el ruido y la falta de privacidad en el baño que podrían mejorarse.

Personal amable, cerca de la estación de tren, zona de comedor práctica, habitación limpia y cómoda, espacios comunes agradables. 5 estrellas! Volveremos sin dudas. Carlos y Marcela, desde Argentina.

El hotel es increíblemente cómodo y confortable. Los propietarios son muy amables y serviciales. La ubicación del hotel es perfecta. Las habitaciones son impecables y acogedoras.

Nada, todo fue perfecto.

Mi estancia en Pigal fue realmente agradable. Desde el momento en que llegué, el personal se mostró muy atento y se preocupó por mi comodidad. La habitación estaba impecable, con una decoración original y buen gusto. La cama era muy cómoda y la ducha era simplemente maravillosa, con agua caliente y una presión perfecta. Además, la ubicación del hotel era ideal, en pleno centro de la ciudad. Sin duda, si estás buscando un lugar central y con personalidad para alojarte, Pigal es la elección correcta.

El personal es muy amable y servicial. El desayuno es básico pero suficiente.

Todo es genial.

Me he alojado en Pigal durante mi estancia de cinco días en Tarragona y ha sido simplemente espectacular. El hotel ofrece todo lo necesario para sentirse como en casa, con habitaciones limpias y colchones cómodos. La calefacción estaba perfecta y la ubicación era muy céntrica, con la estación de tren a solo 5 minutos a pie. El dueño, Xavi, y su empleada, Jushia, fueron encantadores y siempre estaban dispuestos a ayudar. El ambiente tranquilo y la decoración del hotel transmiten una paz y energía positiva única. Sin duda, Pigal es un hotel sin lujos pero con un servicio excepcional.

Recomendaría el lugar sin duda alguna.