La ubicación es perfecta, con una buena vista al mar y una piscina estupenda. Además, tiene un supermercado al lado y es ideal para 4 personas. El apartamento estaba limpio y tenía todo lo necesario para cocinar y comer allí.

Me sentí como en casa allí, no tengo ninguna razón para quejarme.

Todo genial, el alojamiento en una típica casita de costa muy acogedora y bien localizada en primera línea con vistas al mar. Un pueblo con mucho encanto y bello que mantiene a raya la masificación haciéndolo un lugar único al pie y prácticamente formando parte del Parque Natural Sierra de Irta. Destacable la Pizzería el Jardín con una terraza preciosa montada en un patio maravilloso con enredaderas, romero, menta y flores que te envuelven en un ambiente de película. Destaco también el almacén portuario pirata del año 1724 reconvertido en restaurante discoteca en primera línea de playa llamado El Túnel. La gente muy amable y deportista de diversas culturas convive con sus lugareños dándole un aire cosmopolita. La localización del pueblo es magnífica ya que cuenta con playa y montaña formando parte de una zona protegida por su importancia paisajística biológica y cultural cercana a lugares como Peñíscola que te permiten disfrutar del deporte, la tranquilidad, la cultura y la gastronomía de una manera incomparable. Es de apreciar valorar y conservar este lugar donde la arquitectura respeta el entorno no existiendo edificios de más de 3 alturas y excepcionalmente 4 o 5 los más lujosos, con extensos carriles para bicis bien señalizados y caminos que te transmiten una idea conservadora y respetuosa del medio ambiente. Una experiencia para repetir sin duda.

No hay nada malo que decir 😉