Lo mejor de todo fue el trato del personal, desde la recepción hasta el encargado del desayuno en la terraza. Todos fueron encantadores y atentos en todo momento. ¡No me pueden olvidar mencionar el delicioso vino blanco que ofrecen! disfruté de una cama comodísima que hizo que mi estancia fuera realmente confortable.

Me encantó hospedarme en este hotel durante un fin de semana. Los detalles cuidados hasta el último momento y la ubicación espectacular son dos aspectos que realmente me gustaron.

El hotel cumple todas las expectativas, personal amable y profesional, ubicación excelente, desayuno variado, casona antigua reformada con gusto exquisito.

Nada de nada.

El hotel está muy cerca de la catedral, lo cual es una ubicación perfecta para aquellos que desean explorar el casco histórico de la ciudad. Además, está cercana al mar, lo que ofrece la oportunidad de disfrutar de paseos costeros. La habitación era amplia y confortable, con una decoración sencilla pero agradable. El lavabo también era espacioso y moderno, con una ducha.

El aire acondicionado era un poco ruidoso, lo cual puede resultar molesto para aquellos que sean sensibles al ruido.

El hotel es encantador, luminoso, limpio y acogedor. Las vistas de la azotea son preciosas y el mobiliario está cuidado al detalle. La atención fue maravillosa, especialmente por parte de la chica que atendía los desayunos. Como celiaca, me sentí muy bien atendida y pude disfrutar de opciones deliciosas. El ambiente del hotel es muy familiar y me hicieron sentir como en casa. Recomiendo este hotel sin dudarlo.

Me gustó todo 👍

Excelente restauración de una casa del siglo XVIII con cama cómoda, AC en las habitaciones y personal amable. Desayuno a la carta con variedad y fresco. Hermosa azotea con vistas a la catedral y bar de autoservicio. Volvería sin dudarlo.

Mi estancia en Veintiuno fue maravillosa. El hotel y sus empleados son encantadores, y te hacen sentir como en casa. La habitación era amplia y luminosa, con una cama muy cómoda y una ducha estupenda. Las vistas desde la azotea eran preciosas, y el mobiliario del hotel estaba cuidado al detalle. Además, el desayuno fue delicioso, con diferentes opciones para elegir. El personal fue muy amable y atento, especialmente la chica que atendía los desayunos, que se aseguró de que me sintiera bien atendida siendo celiaca. Sin duda, recomendaría este hotel a todos.

La ubicación, muy cerca de la catedral y del mar. El servicio del personal, muy amable y atento.La limpieza de todas las instalaciones.El desayuno, delicioso y personalizado.

Nada que pueda disgustar.

Además, cuenta con una terraza desde donde se puede disfrutar de vistas impresionantes. Las habitaciones son bonitas y cómodas, con una decoración moderna y televisión de pantalla plana.

El aire acondicionado puede ser un poco ruidoso, lo cual podría molestar a algunos huéspedes durante la noche.