El lugar es muy tranquilo y acogedor. Dormimos como bebés ya que no se escuchaba ningún ruido, a pesar de que había una fiesta en la misma calle. Marga nos atendió de manera muy amable y se puso en contacto con nosotros fácilmente. Además, la visita a la bodega y la cata de vinos fue fantástica, Marga es una guía estupenda. Nos gustó mucho la habitación, era muy cómoda, y el resto de la casa estaba reformada con encanto. El pueblo de Vilaocells nos sorprendió gratamente, fue incluso más encantador que Prades.

Nada que mencionar. 😉

el lugar de alojamiento en El Vilosell superó nuestras expectativas. La habitación Auzells era cómoda y bien decorada, con una cama muy confortable. El baño también era impecable y elegante. Además, nos encantó el patio trasero bien cuidado y el acogedor espacio común. El personal fue amable y profesional, y la visita a la bodega con la guía Marga fue fantástica.

El hotel es muy acogedor y permite el uso de la cocina, el comedor y el patio. El pueblo es tranquilo y bien cuidado, con un bar en la plaza junto al hotel que ofrece menús y bocadillos a buen precio. La terraza es muy agradable y se puede aparcar en la puerta. Es un buen lugar para explorar los pueblos y hacer excursiones por la zona, que tiene paisajes encantadores. Además, el trato de Marga es genial y con la reserva se incluye una visita a la bodega y una cata de vinos, ¡muy recomendable!

Nada.

nuestro fin de semana en el Vilosell Wine superó nuestras expectativas. El ambiente acogedor, las camas cómodas y la cocina completa nos permitieron descansar y disfrutar de la tranquilidad. Nos encantó el encanto del pueblo y los paisajes naturales cercanos. El trato amable y atento del personal hizo nuestra estancia aún más agradable. Gracias por todo, Oriol!

Ventana de la habitación no cerraba completamente.

el hotel junto a la bodega, visita y cata de vinos gratuitas, Marga es un encanto, habitación confortable, tranquilo y cuidado, buen sitio para recorrer la zona

no hacen las habitaciones durante la estancia

Me hospedé en un hotel en la zona de El Vilosell durante la Navidad. Me gustó mucho la tranquilidad del lugar y la comodidad de las habitaciones. Además, la ubicación era perfecta, ya que estaba cerca de un bar-restaurante donde pudimos disfrutar de deliciosas comidas. me encantó que el hotel ofreciera una visita a una bodega local y una cata de vinos, lo cual fue una experiencia muy agradable. Las habitaciones eran confortables y no había ruido, lo que creaba un ambiente acogedor. Sin duda, repetiría la experiencia en el futuro.

En cuanto a los aspectos negativos, no me gustó que el hotel anunciara parking gratuito, ya que tuvimos que dejar nuestras motos en la calle. Además, cuando llegamos a las 4 de la tarde, la habitación aún no estaba limpia y las llaves estaban en un buzón, lo que hizo que la atención personal fuera escasa.