Buena ubicación con transporte público cercano, restaurantes y supermercados. Habitación doble amplia con camas grandes y cómodas. Extras útiles como cafetera y nevera. Baño práctico con espacio suficiente. Increíbles vistas a la iglesia desde la habitación de esquina.

Me encantó mi estancia en este hotel en Nueva York. Lo mejor del hotel fue su conexión con el transporte público, con tres líneas de metro a poca distancia. Además, está en una zona tranquila pero cerca de restaurantes y supermercados. La habitación doble en la que me alojé era amplia, con dos camas grandes y cómodas. tenía extras como una cafetera y nevera, que resultaron muy útiles. El baño era práctico, con suficiente espacio para dejar mis cosas. Pero lo que más destacó fue la increíble vista a la iglesia, ya que mi habitación estaba en una esquina.

Para ser sincero, no tengo nada negativo que decir sobre este hotel.

El hotel tiene una excelente conexión con el transporte público, con tres líneas de metro cercanas. Hay restaurantes y supermercados en las proximidades. La habitación doble era espaciosa, con camas grandes y cómodas. Extras como cafetera y nevera fueron muy útiles. El baño era práctico y tenía suficiente espacio. La vista a la iglesia desde la habitación de esquina era impresionante.

Me gustó todo.

Este hotel ofrece una excelente relación calidad-precio. Además, está convenientemente ubicado cerca de las estaciones de metro, lo que facilita el acceso a diferentes partes de la ciudad. Las habitaciones en los pisos superiores ofrecen vistas increíbles, como la vista a la iglesia mencionada en una de las opiniones. cabe destacar el servicio amable y atento del personal, que se encarga de los detalles y comodidades básicas, como la cafetera y la nevera en la habitación.

Todo estuvo perfectamente bien.