El hotel se encuentra en un entorno natural impresionante, rodeado de montañas y hermosos paisajes. Desde la terraza del alojamiento se pueden disfrutar vistas increíbles a las montañas, lo que crea un ambiente relajante y tranquilo. Además, las habitaciones son cómodas y acogedoras, con sábanas y toallas nuevas. El personal del hotel es muy amable y atento, asegurándose de que los huéspedes se sientan como en casa. El desayuno es delicioso y variado, con productos naturales y recién hechos. Todo esto hace que la experiencia en el hotel sea muy agradable y recomendable.

El único inconveniente es que el aparcamiento es limitado y hay que dejar el coche a cierta distancia del hotel.

El alojamiento tiene detalles agradables como suavizante en las toallas, café y agua en la habitación, cerveza en la nevera y chimenea activa. El colchón y la limpieza son de calidad. Los anfitriones son amables y acogedores. A destacar, el desayuno variado y natural. Volvería.

Me encantó mi reciente estancia en Casa Limon. Desde el momento en que llegué, me sentí como en casa. La habitación era espaciosa y la cama era extremadamente cómoda, lo que me permitió descansar y relajarme totalmente. Además, las terrazas ofrecían unas vistas impresionantes del paisaje circundante, lo que me permitió disfrutar de momentos tranquilos mientras tomaba algo refrescante.

Las habitaciones son cómodas y tienen todo lo necesario. El desayuno es espectacular, con opciones deliciosas para todos los gustos. La ubicación es perfecta, cerca de la playa y del embalse, ideal para disfrutar de actividades acuáticas y aprovechar el buen clima.

El aparcamiento es un problema, ya que las calles del pueblo son estrechas y hay que ir andando con las maletas. Además, el precio podría ser un poco elevado considerando la ubicación.