Nuestra estancia en Casa Rural Maribel fue verdaderamente estupenda. La casa era bonita y espaciosa, perfecta para nuestro grupo de ocho personas. Estaba muy limpia y olía fenomenal cuando entramos. La decoración era encantadora y nos encantó el ambiente del pueblo. apreciamos la atención y amabilidad de Juan Pedro, el propietario. Sin duda, volvería sin problemas a este alojamiento.

Por poner alguna crítica constructiva, nos hubiera gustado encontrar más menaje de cocina adecuado para un grupo de ocho personas. Tuvimos que calentar la comida en varias ocasiones debido al tamaño reducido de las ollas disponibles.

Tuvimos la suerte de ser los primeros clientes del hostal, lo cual fue una experiencia curiosa. Aunque éramos solo nosotros, el alojamiento es ideal para viajar en grupo con amigos o familia, ya que tiene capacidad para hasta 9 personas. La casa tiene una estructura típica de la arquitectura extremeña, con un pasillo central, habitaciones a los lados y un patio trasero que solía ser una cuadra. Esto le otorga un valor patrimonial significativo al lugar, además de ser fresco en verano y cálido en invierno. Lo que más valoramos fue la paz y el silencio que encontramos allí, algo que preferimos a un espacio hotelero moderno y sin personalidad. Aunque solo estuvimos unas horas debido a un viaje por un sepelio, nos gustaría volver en otra ocasión. El trato que recibimos fue amabilísimo y representativo de la tradición de hospitalidad de la gente de la región. Además, el precio fue más que razonable. No tuvimos problemas para estacionar nuestro vehículo y había varios restaurantes cercanos donde cenar o desayunar. Recuerdo especialmente la cafetería en la misma calle, donde probé la tostada con aceite y tomate más grande y abundante de mi vida. El personal fue muy amable y servicial. Ideal para relajarse y visitar la zona.

Nada, todo fue maravilloso 😊.