Nos encantó la ubicación del hotel, perfecta para visitar los Pirineos en coche, ya que está cerca de todo. El personal fue muy amable y nos dio excelentes recomendaciones sobre qué lugares visitar y cuándo. Además, el hotel cuenta con restaurante, lo cual fue muy conveniente para nosotros, y también ofrecen desayuno. Las habitaciones tenían un estilo rústico encantador y el acceso al hotel era fácil. Por si fuera poco, el hotel tenía aparcamiento en el jardín, y a menos de 5 minutos en coche había supermercados y una gasolinera.

Nos hubiera gustado tener una pequeña nevera en la habitación, aunque el personal del hotel nos permitió guardar cosas en la nevera del restaurante. encontramos que el agua del lavabo salía con poca presión, aunque en la ducha no tuvimos problemas.

Personal muy amable, tanto en el hotel como en el restaurante. Bien ubicado para ir a la montaña. Ambiente tranquilo y agradable. Desayuno completo y delicioso. Aceptan mascotas sin problemas.

Nos dieron una habitación muy grande, limpia y ordenada. Las vistas maravillosas. Atención y amabilidad de los dueños excepcionales. Bien ubicado para desplazarse a la montaña. Cena del restaurante magnífica, relación calidad-precio estupenda. El trato de los propietarios compensa todo.

Nada, todo fue genial.

Nos alojamos en un hotel acogedor en un área decente, junto al río. El personal fue amable y nos trataron a la perfección. La habitación y el baño estaban limpios, y el desayuno fue bueno, con gran variedad para elegir. El hotel también ofrecía facilidades como wifi y letreros luminosos para facilitar su localización.

El único inconveniente fue que las sábanas estaban en mal estado, pero el resto de la estancia cumplió con creces nuestras expectativas.

Limpieza impecable, personal amable, ubicación tranquila y buen desayuno.

No hay quejas. Todo perfecto.

Desde el primer momento en que llegamos al Hotel Restaurante Santa Elena, nos sorprendió la amabilidad y hospitalidad de Toni, el propietario. Nos hizo sentir como en casa y nos brindó una excelente atención durante toda nuestra estancia. Sus recomendaciones de rutas y lugares para visitar fueron fundamentales para disfrutar al máximo de nuestra experiencia. Sin duda, una experiencia inolvidable. ¡Muy recomendable! En cuanto a las instalaciones, el hotel es familiar y acogedor. Daniel y Toni nos trataron con mucho cariño y estuvieron atentos a cada detalle. Las habitaciones cumplen todas las necesidades y tienen un encanto especial. El desayuno, aunque algo cargado de bollería, fue bueno y también se adaptaron a nuestras preferencias con opciones de cocina casera. Volveremos sin duda.

En mi opinión, no hubo defectos importantes en nuestra estancia. Solo puedo mencionar que encontramos algunas manchas en las colchas de las camas, pero esto no fue relevante ya que las sábanas, el baño y el resto de la habitación estaban impecables y todo olía a limpio.

recomendaría este hotel

A pesar de no tener aire acondicionado, la habitación estaba limpia y el baño impecable. Tuve la oportunidad de conversar con los encantadores dueños y el trato fue muy familiar. El restaurante del hotel, Restaurante Santa Elena, ofrecía comida fantástica a precios económicos. En general, recomendaría este hotel.

El hotel es muy acogedor, el personal es amable y nos trataron perfectamente. La habitación y el baño estaban muy limpios. El desayuno tenía gran variedad y estaba recién hecho. La relación calidad/precio es excelente.

Me sentí muy cómodo, no tengo ninguna pega.

Encanto del padre y el hijo. Tareas bien gestionadas.- Espacio amplio para aparcar.- Habitaciones limpias y cómodas.- Buena calefacción y agua caliente.- Desayunos personalizados y caseros.- Trato familiar y amistoso.- Aceptan mascotas sin problemas.

No se me ocurre nada.

Personal amable y atento. Ubicación estratégica para visitar la zona. Dueño conocedor y apasionado del lugar. Tranquilidad y encanto del edificio.

Nada.

Tuve una estancia maravillosa en Hotel Restaurante Santa Elena en Sabiñánigo. El lugar es encantador, tranquilo y perfecto para descansar y hacer excursiones en la zona. Las habitaciones estaban limpias, cómodas y tenían unas vistas maravillosas. El personal fue amable y atento, y el desayuno fue realmente delicioso. Además, me encantó que admitieran mascotas, lo cual fue una gran ventaja para mí.

Aunque tuve una experiencia positiva en general, cabe destacar que el hotel carecía de aire acondicionado, lo cual no fue un problema durante la noche, pero durante el día hacía bastante calor en la habitación. También hubo algunos detalles de mantenimiento que podrían mejorarse, como grifos y escobillas del baño en mal estado.

Mi estancia en el Hotel Restaurante Santa Elena fue de una noche. Desde el primer momento recibí un trato familiar y amable por parte del hijo del propietario. Las habitaciones eran amplias, cómodas y bien ventiladas, con ventanas o balcón. El desayuno fue muy bueno, con la opción de pedir huevos caseros. El hotel está ubicado en una zona tranquila, a solo 20 minutos de atracciones turísticas, con buenas conexiones en carretera. Además, agradezco la presencia del ascensor, ya que tengo una incapacidad.

Lo recomiendo.

Mi estancia en Hotel Restaurante Santa Elena en Sabiñanigo fue muy agradable. Destaco la tranquilidad del lugar y la atención amable y servicial del propietario. La habitación estaba limpia y cómoda, con una temperatura agradable. Además, el desayuno fue perfecto, con una atención personalizada y una amplia variedad de opciones. Sin duda, recomendaría este hotel.

Las instalaciones son correctas, cuidadas en el detalle, modeladas por el buen criterio de los dueños. Los anfitriones son amables, atentos y siempre dispuestos a ayudar. El entorno natural es ideal para los amantes de la naturaleza. Hay aparcamiento disponible y admiten mascotas por un suplemento económico. Buena ubicación para visitar Ordesa y otras zonas del Pirineo Aragonés.

Me sentí muy cómodo, no tengo ninguna razón para quejarme.

El edificio y el entorno son preciosos, el desayuno fue lo único que hicimos y nos estuvo mal, sin duda lo mejor la simpatía de los dueños y el jardín del hotel. La limpieza era muy buena, el trato con el hijo del propietario, que es con el único que hemos coincidido, ha sido excelente. Trato familiar. Las habitaciones cómodas y amplias, bien ventiladas. Y dispone de ascensor lo cual agradecí ya que tengo una incapacidad.

Me sentí querido, no he tenido ningún inconveniente.