Viajamos en familia y la habitación era amplia y cómoda. El cuarto de baño también era espacioso, con una bañera grande. El edificio histórico y el mobiliario creaban un ambiente encantador. Los niños disfrutaron de la piscina y del césped. El desayuno era más que correcto, con zumo natural, fruta variada, bizcocho rico y croissants excelentes. Dormimos plácidamente, sin ruidos. La empleada de recepción fue muy profesional y atenta. Nos proporcionó toallas para la piscina.

Recomiendo este lugar insistentemente.

El alojamiento es acogedor, el personal es amable y servicial. El desayuno, comida y cena son geniales, al igual que la visita a la bodega y el vino.

Me sentí cómodo, no tengo ninguna razón para quejarme.

Me encantó descubrir la zona vinícola de Rivera de Duero. El personal del hotel fue encantador y muy atento, especialmente Marisol, quien nos ayudó con cualquier imprevisto con mucho cariño. Se siente un ambiente muy familiar y nos sentimos muy a gusto. Además, el desayuno estaba preparado con mucho cuidado y era delicioso. destacaría las instalaciones del hotel, como la piscina grande y las pistas de baloncesto y tenis. En general, la limpieza fue excelente y la ubicación del hotel era muy conveniente. Sin duda volveremos para las vendimias.

Habitación confortable, desayuno excelente, personal amable, visita a bodega PradoRey, ambiente familiar, ubicación perfecta.

No tengo nada negativo que decir.

Nos alojamos en un lugar rural en el corazón de Ribera del Duero. Disfrutamos de una habitación tranquila y cómoda, con buena luz natural. El personal nos dio una atención personalizada y el desayuno con productos locales fue delicioso. Además, pudimos disfrutar de una refrescante piscina y fácil acceso al aparcamiento en el lugar.

Aunque la ubicación era excelente, hubo algunas carencias en cuanto a la disponibilidad de comidas, y la habitación doble no cumplió con nuestras expectativas en términos de tamaño y aislamiento acústico.

Debo decir que tuve una estancia fantástica en este hotel. El personal fue muy amable y atento, siempre dispuesto a ayudar. El ambiente en el hotel era muy acogedor y familiar, lo que hizo que me sintiera muy a gusto. Además, las instalaciones del hotel eran excelentes. La habitación en la que me alojé era espaciosa y cómoda, con muebles primitivos que añadían un toque de encanto. disfruté mucho de la visita a la bodega, donde pude degustar vinos locales y aprender sobre la historia del lugar. Por último, el desayuno era delicioso, con productos frescos y locales como zumo natural, embutidos y croissants gigantes.

El personal y el servicio son fantásticos! Habitaciones cómodas y limpias. Estancia tranquila, ideal para descansar. El desayuno es rico y variado. ¡El área de la piscina y el jardín son geniales! ⭐️

regresé a Ventosilla y decidí quedarme en La Posada de Pradorey de nuevo. ¡Qué experiencia maravillosa! La ubicación en medio del campo es perfecta para desconectar de todo. El personal siempre amable y atento a nuestras necesidades. La piscina y el aire acondicionado son geniales. Definitivamente volveré.

Camas individuales en vez de camas dobles.

Pasamos una noche maravillosa en La Posada de Pradorey. La atención fue excelente, tanto en recepción como en el restaurante. Amaya, la persona de recepción, fue súper amable y servicial. El personal de cocina estuvo muy atento y prepararon un menú especial para mi pareja, quien es celiaca. Además, nos ofrecieron una visita a las bodegas que resultó muy interesante. La habitación era preciosa, con un estilo rústico y antiguo, y las camas eran muy cómodas. Disfrutamos de un agradable paseo por los exteriores antes de darnos un baño en la piscina. El desayuno fue delicioso y abundante, con unos croissants que estaban riquísimos. En resumen, recomendaría este hotel sin dudarlo.

La experiencia en La Posada de Pradorey fue maravillosa. Desde el momento en que llegamos, nos recibieron con amabilidad y diligencia. Las habitaciones eran preciosas, bien cuidadas y de estilo rústico y antiguo. Las camas eran muy cómodas y el servicio fue estupendo. Los exteriores eran preciosos y perfectos para dar un paseo. Además, tuvimos la suerte de disfrutar de un buen baño en la piscina al llegar a mediodía. Por las mañanas, nos esperaba un desayuno riquísimo y abundante, con croissants deliciosos. También tuvimos la oportunidad de hacer una visita a los viñedos, que recomendamos encarecidamente. La guía, Mª Ángeles, era maravillosa y apasionada.

Todo fue genial 😊