El lugar es hermoso, con jardines y rincones para relajarse, y el personal es súper amable. La habitación donde nos quedamos era amplia y tenía una pequeña terraza. El baño estaba reformado y muy cómodo. Además, los desayunos eran muy buenos y caseros, con diferentes mermeladas cada día. No podíamos pedir más tranquilidad en este remanso de paz.

El único inconveniente era que nuestra habitación estaba un poco justa de tamaño y había humedad, pero esto posiblemente se debió a que reservamos con poca antelación y nos tocó la última habitación disponible. Las demás habitaciones, según entiendo de las críticas, son mucho mejores en ese sentido.

La posada es espectacular, con jardines y rincones para relajarse, el personal superamable. El desayuno no está mal y cada día varían las mermeladas caseras. Mucha tranquilidad. Los propietarios son muy amables y agradables. Jordi y Oscar te acogen en la Posada como si te conocieran de toda la vida. Hacen lo imposible para que te sientas como en casa. El entorno es un remanso de paz. Todos los detalles están cuidados al máximo. Los anfitriones nos aconsejaron qué hacer y dónde ir. Nada mejor que fiarse de ellos. El entorno y la casa tienen ese encanto Cántabro. Tiene parking para dejar el coche. La habitación donde nos quedamos estaba muy bien, era amplia, con una pequeña terraza y el baño estaba reformado. Los desayunos y las cenas son muy buenas y caseras.

Me sentí bastante seguro, no tengo ninguna razón para quejarme.

El entorno y la casa tienen un encanto Cántabro. Los propietarios son amables y agradables. Hay parking y la habitación es amplia y tiene una pequeña terraza. Los desayunos y cenas son buenos y caseros. Excelente experiencia en un rincón tranquilo.