¡Qué sorpresa tan agradable! Me encantó este hotel. La habitación era amplia y cómoda, y tenía un sofá en lugar de las típicas sillas duras de hotel. Además, había detalles muy considerados como un cargador y café de calidad. El baño era grande y tenía toallas extras, y me gustó especialmente la barra curvada de la cortina de la ducha, que evitaba que se pegara al cuerpo mientras me duchaba. Sin duda, un detalle que aprecio mucho. Otra gran ventaja de este hotel es el restaurante. No es la típica comida de hotel, sino algo especial que merece una visita por sí mismo.

Hubo algunos detalles negativos, como la ropa de cama que estaba mal colocada y se hizo un lío, lo cual dificultó dormir. Pero estaba tan cansado/a que no tuve energía para arreglarlo todo.