Buscábamos tranquilidad y privacidad, así que fue ideal que no hubiera otros huéspedes durante nuestra estancia de una noche en Clos Figueras. El acceso al hotel mediante tarjeta magnética fue muy conveniente. Además, el pueblo de Gratallops es tranquilo y pintoresco, perfecto para disfrutar de un ambiente relajado. El hotel cuenta con un jardín encantador, donde se puede cenar al aire libre y relajarse. Las habitaciones son impecables, con suelos y vigas de madera, y ofrecen camas cómodas y amplias. La atención del personal fue excepcional, desde la dueña que nos guió en la cata de vinos hasta el amable equipo de recepción, sala y cocina. Sin duda volveremos.

No dudaría en recomendar este hotel.

Pasamos una estancia maravillosa en un ambiente tranquilo y relajante. Nos encantó disfrutar del jardín privado y probar los deliciosos vinos de producción propia. El desayuno fue abundante y delicioso. Aunque hubo algunos pequeños problemas en el baño, no afectaron nuestra gran experiencia. Recomendaría este hotel sin dudarlo.

La limpieza impecable del hotel y las habitaciones espaciosas. El desayuno variado con productos de calidad y una atención personalizada. La ubicación del hotel es perfecta, cerca de prestigiosas bodegas y con vistas a los viñedos de la zona. El personal amable y atento, con recomendaciones de restaurantes locales y catas de vinos de la región.

No tengo ninguna queja.

¡Una estancia inolvidable! Acogedor, confortable, personal amable y atento, vistas inmejorables, limpieza impecable, desayuno casero y de calidad. ¡Repetiría 1000 veces más!

Vistas espectaculares desde la habitación, tranquilidad absoluta, atención del personal, calidad de los productos servidos, visita guiada a la bodega.

Todo estuvo bien.

En Clos Figueras tienen un restaurante maravilloso con una terraza donde disfruté de deliciosa comida y vinos increíbles. Un paraíso para los amantes de la gastronomía y el enoturismo. La comida, el vino y el trato fueron deliciosos.

La ducha tiene una habilidad increíble para salpicar agua por todo el baño. ¡Un verdadero espectáculo acuático!

Este encantador hotel en el corazón del Priorat ofrece una ubicación privilegiada, rodeado de prestigiosas bodegas y viñedos en frente. Las habitaciones son amplias y cómodas, con vistas impresionantes. El servicio es amable y atento, y el desayuno es completo con productos locales de calidad. Además, cuenta con excelentes instalaciones, como una visita a la bodega de vinos y un restaurante que sirve deliciosa comida local.

El servicio de hostelería puede dejar algo que desear, con retrasos en el check-in y atención poco atenta durante las comidas.

Nos encantó este hotel y restaurante. Las habitaciones eran cómodas y espaciosas, con impresionantes vistas a las montañas y a los viñedos. Además, todo estaba impecablemente limpio. Disfrutamos mucho de las instalaciones del hotel y del jardín, donde pudimos relajarnos y disfrutar del sol de invierno. La ubicación en una bodega local y la cata de vinos del Priorat fue una experiencia única. El desayuno era variado y delicioso, con productos locales de alta calidad. El personal fue extremadamente atento y amable.

Nada que decir.

Lo mejor fueron los maravillosos empleados que nos atendieron con amabilidad y profesionalidad excepcionales. También nos encantó el abundante desayuno casero y el entorno precioso en el que se encuentra el hotel. Además, la ubicación privilegiada permitía disfrutar de unas vistas inigualables a los viñedos de las bodegas cercanas. Sin duda, una experiencia inolvidable.

Lo peor fue que nuestras vacaciones se terminaron y nos hubiéramos quedado más tiempo en este lugar maravilloso.

Lo mejor del hotel fue su ubicación en una bodega local con degustación de vinos Priorat, y las vistas a los viñedos. Además, las instalaciones del hotel eran impecables y el desayuno ofrecía productos locales. El personal era atento y amable. También me gustó que había fácil aparcamiento y que estaba cerca de otras bodegas prestigiosas.